Arriba, un momento de la investigación.

J.JIMENEZ-J.F.MESTRE La que puede ser víctima de este brutal crimen desapareció el pasado 31 de julio tras acudir a una fiesta nocturna en s'Arenal. Ayer por la mañana, a eso de las ocho, los investigadores regresaron al escenario del posible crimen con el capitán Bartolomé del Amor al mando, dispuestos a concluir la inspección ocular iniciada la noche antes, cuando apareció el cuerpo entre unos matorrales. A primera hora de la tarde todo concluyó, después de que la juez responsable del caso ordenara el levantamiento de los restos.

La investigación, al vez de recopilar nuevos datos, esperará los resultados de una prueba de ADN que se va a practicar para confirmar o descartar la posibilidad de que el cadáver pertenezca a la adolescente alemana. «Nos han dicho que era alta y rubia como 'stefie', explicó una tía de la chica pero con esa descripción también hay muchas chicas».

La joven alemana ya se había ido de casa en ocasiones anteriores y por eso tanto la Policía como la Guardia Civil relacionó su desaparición con una fuga voluntaria, aunque se realizaron gestiones para localizarla. Stefanie, el 31 de julio, acudió a una fiesta en s'Arenal para despedir a una amiga holandesa, pero a la mañana siguiente no regresó a casa. El problema consistió en que la adolescente, de carácter rebelde, no explicó a su madre dónde se celebraba en concreto la fiesta ni con quién iba.

Sin embargo, La pulsera plateada que apareció en la mano derecha del cadáver hallado en la finca de Llucmajor no coincide con la de Stefanie Rüggeberg y tampoco parece que en el cuerpo momificado apareciera un característico anillo de gran tamaño -de los llamados «fashion»- que sí llevaba la chica al desaparecer. Éstos son los datos no coincidentes, pero existen otros de gran peso para los investigadores: la víctima era alta y con el pelo rubio y largo, como 'Stefie', el hedor comenzó en la finca cuando ella desapareció.