Una de las pruebas de que la central telefónica de «Skyguide» no
funcionaba es la llamada que hizo el controlador a través de una
línea de teléfono de reserva al aeropuerto alemán de
Friedrichshafen para ceder la operación de aterrizaje de uno de los
cinco vuelos que seguía, en solitario, desde dos monitores. Esa
deficiencia en las comunicaciones se suma a los fallos ya
detectados en la parte suiza, donde esa noche tampoco funcionaba el
sistema de radar que alerta automáticamente de situaciones de
peligro, el TCAS (siglas en inglés).
Según la reconstrucción de las circunstancias en las que se
realizó el seguimiento de los vuelos, el controlador seguía por una
pantalla el avión que debía aterrizar en Friedrichshafen, y por la
otra otros cuatro vuelos, entre ellos los de un Tupolew-154 de las
aerolíneas Bashkiriar, que iba a Barcelona desde Moscú, y un Boeing
757 de la compañía de mensajería DHL, de Bérgamo a Bruselas. En el
avión ruso viajaban 69 personas a bordo, todas de nacionalidad rusa
y de ellas 52 menores. En el Boeing de carga lo hacían el piloto,
de nacionalidad británica y un copiloto canadiense. El controlador,
que debía ceder el aterrizaje a sus colegas alemanes, intentó
contactar entre las 21.25:43 GMT y las 21.33:43 GMT, es decir
durante ocho minutos, con Friedrichshafen mediante una línea
telefónica de reserva, sin conseguir entablar comunicación
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.