El Houchin Hassan, un magrebí afincado en ses Figueretes, será condenado a ocho años de prisión tras comprar un litro de gasolina para prender fuego al club «Okey» de la calle Galicia y poco después hacer lo mismo en la entrada de una vivienda de un primer piso de la calle Navarra, lugar donde dormían dos personas y donde una resultó afectada por el humo. E fuego entró por debajo de la puerta llegando a quemar un sofá donde reposaba uno de los inquilinos.

El acusado, que fue procesado jugándose 17 años de cárcel, aseguró ante la Audiencia Provincial que todo lo hizo para ingresar en prisión y salvar su vida. «Tres veces han intentado matarme y yo he escapado de la muerte. Fue todo una trampa para salvar mi vida», explicó al tribunal el acusado, que en un principio no quería declarar. El Houchin Hassan se entregó a la policía tras cometer estos delitos en octubre del año pasado. La defensa aceptó la condena requerida por la acusación particular y el fiscal al final del juicio.

La versión de las personas que le denunciaron es bien distinta a la suya. Según el testimonio del propietario del local, el acusado actuó siempre por venganza después de que se le denegara el acceso al club, lugar donde -siempre según esta declaración- El Houchin Hassan extorsionaba y amenazaba a clientela.

El enfrentamiento entre el acusado y los responsables del club vino acompañado de una recogida de firmas en el barrio de propietarios de establecimientos que se quejaron ante la Dirección Insular del talante del sospechoso y de los continuos problemas que suscitaba su comportamiento, según la denuncia que presentaron en su día.