Nigel K. y su compañero Mathew. D., los dos ex soldados británicos que fueron juzgados a principios de abril por la Audiencia en Eivissa, han sido condenados a nueve años de cárcel al considerársele culpables de un delito de tráfico de drogas, cargo del que se acusó a ambos tras decomisar la policía un alijo de más de 10.000 éxtasis en el piso de Port des Torrent en el que se alojaban durante el verano del año pasado. En la casa también se requisó cocaína. Los dos jóvenes se confesaron adictos al «crack». Los dos detenidos señalaron durante el proceso que su grave toxicomanía se debía a los traumas causados durante su periplo por el Ejército británico.

El tribunal ha contemplado en su decisión el atenuante de grave adición para ambos acusados pero no ha reducido la pena final solicitada por la fiscalía. Tampoco ha contemplado su arrepentimiento durante la instrucción y el juicio. El fiscal demandó en el primer escrito de calificación la pena de once años de cárcel para los dos sospechosos. Los dos británicos, uno de ellos con una hoja de servicios en Irlanda del Norte y Bosnia, fueron detenidos en compañía de una joven galesa -ahora en busca y captura- después de que la policía detectara sus actividades en los bares de la zona de es Caló des Moro frecuentados por turistas de esta nacionalidad.

La investigación permitió hallar la casa donde se alojaban y tras un registro se encontró uno de los mayores alijos de éxtasis requisado en las Pitiüses. La joven detenida con ellos era supuestamente la persona que recibía el dinero tras producirse tras las transacciones con los «clientes». británicos.