El «lazo libanés» se pone en cajeros para capturar tarjetas que luego son recuperadas por los ladrones.

El seguimiento de los daños causados en el verano pasado por una banda de rumanos especializada en el uso del «lazo libanés» y hurtos de carteras ha permitido a la policía relacionar a este grupo con un empresario hostelero de Eivissa al que se acusa ahora de actuar en complicidad con la organización para aceptar cobros con tarjetas robadas a sabiendas. Con ello, se cambiaba dinero «plastificado» por efectivo en metálico. La Comisaría, tras la detención del empresario granadino Àngel E.G., natural de Zujar y de 31 años, ha adelantado que se van a intensificar las investigaciones al existir fundadas sospechas sobre la participación de más comercios en este tipo de delitos en los que se produce un perjuicio económico.

Àngel E.G. ha sido puesto a disposición judicial como presunto autor de un delito continuado de estafa después de que se le localizara anteayer en su restaurante de la playa de ses Figueretes. Las pesquisas policiales han determinado que supuestamente miembros del grupo rumano han frecuentado este establecimiento, así como otro que el sospechoso tiene en la zona de es Viver, realizándose pagos con tarjetas robadas dos y tres veces seguidas con el mismo plástico.

La mayor parte de estas tarjetas procedían de turistas, con lo que se demoraban las cancelaciones, al igual que la respuesta a las peticiones policiales formuladas a las entidades responsables. Comisaría, con tal motivo, requiere a todos los comercios que comprueben la titularidad de las tarjetas antes de aceptar los cobros, una precaución que no sólo evita el fraude sino que, además, permite restringir las actividades de estos grupos.