Los refuerzos de la Guardia Civil que, con motivo de la «Operación
Verano», acaban de llegar a Formentera se han visto obligados a
regresar a Eivissa por falta de alojamiento. Así ha ocurrido con
los primeros agentes que intentaron incorporarse ayer a su nuevo
destino, haciendo imposible que se ponga en marcha el servicio
permanente de 24 horas que tenía previsto instalar la Benemérita.
De igual manera, tampoco ha podido ponerse en marcha el dispositivo
de Tráfico especial que se iba a llevar a cabo para patrullar la
red viaria de la isla.
La decisión, que ha sido tomada desde Eivissa, se intuía desde
hace varios días después de que fuera evidente a que no se iba a
poder terminar a tiempo las obras de habilitación que desde hacía
meses se habían previsto en la aulas del edificio del Inem,
reformas que dependían directamente del Consell Insular. El actual
estado de las dependencias hace imposible que se hospeden en ellas
los refuerzos con unas mínimas condiciones de habitabilidad.
Ante ello, y a la espera de que se completen los arreglos
previstos y se equipen las instalaciones que son necesarias, se ha
considerado oportuno no alojar a ninguno de los agentes que
reforzaban el servicio en el citado inmueble. Vistas así las cosas,
el instituto armado seguirá hasta nueva orden contando con los
mismos servicios de seguridad y control que había hasta ahora.
Según las informaciones recogidas por este periódico, el cambio
en el operativo no se modificará hasta que no estén ejecutadas unas
obras cuyas necesidades exigidas se requirieron con suficiente
tiempo sin que las obras se iniciaran en el plazo convenido. El
retraso se justificó en que el Consell no aprobó a tiempo el
presupuesto preceptivo para acometer las reformas, que precisaban
la inclusión de aire acondicionado.
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