Uwe K., un alemán de 56 años, con más de 20 de residencia en
Eivissa, mirado con recelo por sus compatriotas por sus «negocios»
y que al parecer ya contaba con antecedentes policiales al menos en
la Guardia Civil de Sant Antoni, es la identidad de la persona que
figura ahora como máxima sospechosa en el crimen de Jens Martin.
Las desavenencias habidas entre ambos eran públicas e incluso
algunas fuentes apuntan a que ambos compartían «intereses». Las más
atrevidas coinciden en que Martin era un «hombre que podría saber
demasiado y que en eso pudo haber un precio». Uwe K. figura como
residente en es Camí de Can Fanda, la zona de «Colinas Aníbal»
donde el fallecido también vivía ahora en casa de una amiga.
La juez responsable de esta investigación requirió al mediodía
al sospechoso detenido por la Unidad de Policía Judicial de la
Guardia Civil y luego le dejó en libertad. Horas antes había
quedado libre su mujer, de nacionalidad británica y arrestada junto
con su marido anteayer tarde en la misma operación, tal y como
informó Ultima Hora Ibiza y Formentera .
Todos los indicios, pero ninguna prueba concluyente que haya
trascendido, relacionan a Uwe K. con la muerte de Martin. La juez
encargada del caso, la magistrada del juzgado de Instrucción número
5, ha decretado secreto sumarial para garantizar las actuaciones
que se están llevando a cabo. De la libertad del sospechoso, una
libertad «bajo control», se deduce que la Guardia Civil no ha
encontrado en los registros que se efectuaron el arma con la que ee
realizaron tres disparos de bala que pusieron fin a la vida de Jens
Martin, natural de Munich y de 41 años, así como una prueba clara
que justifique el ingreso en prisión del sospechoso en régimen de
preventivo.
El arresto del matrimonio y su posterior puesta en libertad sin
que se hubieran cumplido las 72 horas de plazo legal no se puede
considerar ni mucho menos un fiasco.
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