09/12/99 0:00
EFE-ADDIS ABEBA
La justicia etíope condenó a muerte a los tres asesinos de una niña
de siete años a la que mataron de manera ritual con la esperanza de
que su sangre volviera a hacer funcionar un viejo molino, informó
ayer la prensa local. Cuatro personas más fueron condenadas a
cadena perpetua en su condición de cómplices del asesinato, que
tuvo lugar en la región de Mareka Woreda, en el sur de Etiopía y
una de las zonas del país donde las creencias religiosas
tradicionales están más enraizadas. Según la ley etíope, las
sentencias a muerte se ejecutan por ahorcamiento y deben tener por
escenario el lugar donde se produjo el crimen.
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