Desde el año 1989, las carreteras de Eivissa y Formentera se han
cobrado la vida de 244 personas. En 1999, la cifra se ha situado,
hasta el momento, en 23 víctimas, lo que supone un aumento del 35
por ciento respecto al número de muertos alcanzado durante todo el
año pasado, que fue de 17.
El año más trágico fue 1990. Entonces fueron 31 personas las que
fallecieron en accidentes de tráfico en las Pitiüses, seguido del
año 1995, con 28 víctimas. En el global de esta década, las cifras
por años desvelan que el año con menos víctimas mortales en las
carreteras fue 1997 (con 15 fallecidos), seguido en incremento por
1994 y 1998 (17 en cada uno de ellos), 1992 y 1993 (19 en ambos
casos), 1999 (23 hasta el presente mes de octubre), 1991 (24), 1996
(25), 1989 (26), 1995 (28) y 1990 (31). En el total de los
accidentes registrados en Balears desde 1989, el número de víctimas
asciende, hasta el pasado día 15 de septiembre, a 1.518. El peor
año en esta estadística global de la Comunitat Autònoma fue 1989,
cuando fallecieron 177 personas en las carreteras de las Islas.
Las causas más comunes en este tipo de siniestros son las
distracciones (251 casos de los 1.518), seguidas por la conducción
a una velocidad inadecuada (223 casos) y la falta de respeto a la
señalización viaria de obligado cumplimiento. A esto se suma el
consumo elevado de alcohol y de estupefacientes antes de ponerse al
volante, que ha provocado, directa o indirectamente, 86 accidentes
en Balears desde el pasado día 1 de enero. El perfil típico de las
personas que han fallecido en la red viaria balear es el de un
hombre que posee el permiso de conducir desde hace más de cinco
años y con edades que oscilan entre los 26 y 44 años.
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