El «Constellation», el yate del príncipe de Qatar que el pasado
jueves abordó en el puerto de Eivissa a un rápido de Balearia
atracado y con veinte pasajeros a bordo, zarpó anteayer a última
hora de la tarde sin pagar el aval exigido por la naviera
perjudicada por el accidente. Ayer tarde y cuando el barco se
hallaba en Palma, el juez resolvió esta solicitud y decretó el
embargo preventivo del barco hasta que no se pague la fianza pedida
por Balearia.
La Capitanía Marítima no impidió la salida del yate al no
recibir ninguna orden expresa del juzgado que ordenara su retención
tras comprobar que el barco no presentaba ya ningún peligro para el
tráfico.
Todo hubiera sido diferente si el juzgado hubiera resuelto la
paralización del «Constellation» después de que Balearia solicitara
esta medida cautelar hasta que no se pagara una fianza de 500
millones, una acción paralela a la querella presentada contra el
capitán del yate. Lloyd's Register, organismo internacional que
certifica la reparación de averías, acreditó este fin de semana que
se habían subsanado los problemas que se alegaban en el
«Constellation»: un fallo en una pieza del sistema de motor. El
capitán marítimo, Jesús Varela, explicó a este periódico que ante
todas estas circunstancias -incluida la falta de orden expresa del
juzgado- el organismo portuario no tenía ninguna competencia para
retener al barco, una vez que se garantizaba la seguridad del
tráfico.
Varela, sin embargo, precisó que independientemente de las
actuaciones judiciales que se lleven a cabo, la Capitanía Marítima
continúa la investigación que se ha abierto para aclarar las
circunstancias reales del abordaje.
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