Celestino Roig, un vecino de Formentera que lleva ingresado desde primeros de mayo en el Hospital Can Misses, ha denunciado «la pésima calidad de la comida del hospital; es horrible».

Roig está acostumbrado a comer sin sal por su enfermedad, la diabetes, pero asegura que la comida de Can Misses «sabe toda igual, el pescado y la carne, porque todo lo arreglan con salsas; el arroz vino incluso medio congelado». Además, afirma que hay poca variedad en el menú. «A veces me han traído fideos gordos al mediodía y caldo con unos fideos finos por la noche».

La estancia de Celestino puede ser prolongada, ya que acaban de amputarle un pie. «Soy diabético y tuve una infección», dice. Asegura que se ha quejado al personal de Traumatología donde esta ingresado. En una de las ocasiones que transmitió su malestar al personal de enfermería, fue a verlo una responsable de cocina «para ofrecerme el menú con los platos que había y eligiera otra cosa, puse carne en el segundo plato pero no sabía a nada; me trajeron alitas de pollo que estaban blandas y sin sabor y no han vuelto ni un día más a preguntarme».

Afirma que presentará una reclamación para informar de esta situación. «Solo me quejo de la comida, el resto del servicio en Can Misses es fantástico y tampoco tengo queja de los que sirven la comida, pero la calidad es horrible, no se puede comer». Celestino relata que no es la primera vez que está ingresado en el hospital, «por suerte o por desgracia he estado muchas veces ingresado, pero nunca he visto una calidad tan mala de la comida como la de ahora; no soy nada delicado para la comida, tengo 60 años, pero llevo tres semanas comiendo esto y es imposible».

Can Misses pide disculpas

Desde el Área de Salud aseguraron que este año se han presentado cinco reclamaciones por la cocina, uno de los servicios externalizados que gestiona la Concesionaria. El servicio está subcontratado a una empresa que elabora los platos fuera de Ibiza. El año pasado hubo cuatro quejas. Desde el Área de Salud realizan una supervisión y control e hicieron 22 inspecciones en 2017, en una de ellas se abrió un expediente por un problema con la fecha de caducidad. Este año llevan realizadas doce inspecciones. «Se hacen catas de producto, controles de nevera y seguimos trabajando para que la empresa siga mejorando y pedimos disculpas en el caso de que la calidad no sea adecuada», apostillaron.