Todo indica que los alumnos del Conservatorio de Música empezarán este curso sin ver realizadas las obras necesarias para disfrutar del centro en perfectas condiciones.

Durante el día de ayer, Iván Sanz, director de la institución dedicada a la enseñanza de música y danza, comentó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que «el viernes pasado vinieron los arquitectos de la Conselleria para ver todo de cara a la licitación». «No es una obra menor y al ser por licitación lleva su tiempo», apuntó.
Se mostró esperanzado por recibir datos relativos a plazos cercanos ya que «había escuchado las noticias de que querían hacer los trabajos antes de que comenzara el curso, pero al venir los técnicos el viernes pasado no dará tiempo».

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Por su parte, Margalida Ferrer, delegada de Educació en Ibiza y Formentera, al ser consultada por este tema, sostuvo que «están trabajando en el proyecto de reforma». Y agregó que «ya se ha hecho la reforma del sistema de climatización del centro, se han cambiado dos bombas de aire acondicionado y de calefacción, la consellería se ha hecho cargo durante un año del mantenimiento del sistema de climatización y calefacción que no funcionaba bien».

Con respecto a los problemas de infraestructuras, como el de las goteras, sostuvo que «se está trabajando, pero aunque no tiene fechas concretas sí que se han llevado a cabo tareas de mantenimiento». Recordó que «los problemas no vienen de ahora, son de siempre; estamos intentando buscar soluciones y se está trabajando en ello pero la administración es un poco lenta por los procesos administrativos que se han de seguir». Con respecto a posibles fechas de ejecución de los trabajos, señaló que «se intentará hacer en cuanto se pueda porque también se está tratando de que la empresa realice algunas de las obras».

Vale la pena recordar que el conseller d’Educació, Martí March, cuando visitó las instalaciones el pasado mes de marzo, reconoció ante el director del Conservatorio que «no se imaginaba que estuviera tan mal el centro». En ese momento realizó un recorrido por el edificio que tiene sólo 6 años de antigüedad y se familiarizó con algunos de sus desperfectos como goteras en las aulas, manchas de humedad en las moquetas de esparto sumamente difíciles de limpiar, algunos alumnos llevaban calefactores durante el invierno para no padecer frío durante las clases, el suelo de la sala de danza se encontraba levantado y otras fallas de diseño estructural como demasiado espacio entre los peldaños de las escaleras en un sitio que se supone que es frecuentado por niños de unos 8 años.