Un instante de la reunión de ayer de la Comisión Salinera celebrada en Sant Jordi. | RENATO STEINMAYER

La Comisión Salinera del Parc Natural de ses Salines se reunió ayer para definir el Plan de Ordenación Salinera, que se prevé que estará listo para la primavera de 2018.

Tras siete años de inactividad, la Comisión tiene como principales objetivos agilizar los trámites para la consecución de las obras necesarias en las explotaciones salineras de Ibiza y Formentera en un acuerdo entre las partes que beneficie tanto a la actividad económica como a la conservación de los espacios naturales afectados.

Tanto la Conselleria de Medi Ambient como las empresas salineras reconocen la lentitud adminstrativa en la materia y, según el director general d’Espais Naturals i Biodiversitat, Miquel Mir, el imperativo está en «ser eficientes en el tiempo, pero sobre todo en el contenido». Para ello, se ha establecido un plazo para la entrega de los informes por parte de los miembros de la comisión, que deberá ser presentado a finales de octubre, cuando la comitiva vuelva a reunirse. Sobre el contenido, Mir insistió en la necesidad de concretar las acciones y la necesidad de modernizar las infraestructuras, en una catalogación del plan que incluye la gestión de motas (terraplenes, reducidos a la mitad en 40 años), la gestión del terreno para la correcta conservación del medio ecológico e hidrológico o la inversión en infraestructuras modernas para la producción de la sal.

Las empresas implicadas ya han presentado seis proyectos a la Conselleria y afirman que está en juego la rentabilidad de la industria salinera ibicenca si no se da una resolución. El director de la explotación salinera de Ibiza, Jose Mª Fernández Ramos, aseguró que el 80% de los terraplenes están destruidos.

En materia medioambiental, David Calçada Pous, director de Salines Formentera Posidònies S.A., instó a defender la actividad salinera, no solo como patrimonio propio de Ibiza, sino también por su contribución al mantenimiento del ecosistema protegido gracias al equilibrio de la salmorra (agua saturada en sal), que permite la producción de vida en los espacios naturales colindantes.

Será necesaria, no solo la aprobación de la Consellerpa de Medi Ambient, sino la autorización final de la Dirección General de Minas, el organismo que debe dar luz verde al plan.

LA NOTA

15.000 menos de sal

El director de la explotación salinera en Ibiza, José María Fernández, señaló que llevan tres años esperando una respuesta por parte de la administración para llevar a cabo reparaciones «urgentes».

Según Fernández, esta ralentización en la concesión de autorizaciones hace que la actividad salinera «no funcione bien» y que se produzca menos. Según explicó ayer, desde la declaración de Parque Natural y «la aparición de toda la legislación», la producción de sal se ha reducido entre 10.000 y 15.000 toneladas anuales.

Además, el director de la explotación salinera aseguró que, salvo los estanques de cristalización, el 80% de la superficie «está muy deteriorado y en estado ruinoso».