Imagen de un momento del pleno de Sant Josep celebrado ayer. | Idoia Sala

El Ayuntamiento de Sant Josep aprobó ayer en el pleno la nueva ordenanza municipal que obliga a los locales con aforos superiores a las 200 personas a instalar un sistema de control automático de la capacidad del establecimiento.

Los locales tendrán un plazo de un año para adecuarse a la normativa y adquirir estos dispositivos, por lo que no empezará a funcionar hasta la próxima temporada turística.

La ordenanza ha sido modificada por el equipo de gobierno que ha aceptado una alegación de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera para que queden excluidas las actividades que realizan los hoteles exclusivamente para los clientes alojados. No obstante, la primera teniente de alcalde, Paquita Ribas, especificó que en el caso de que entre gente de fuera, se deberá cumplir igualmente la normativa independientemente de la fiesta que se celebre. «Nos da igual que sea una concentración de dj’s o que sea una boda o una comunión», aseguró la edil, que recordó que se trata de un tema de seguridad.

Ribas también explicó que se han denegado otras once alegaciones presentadas por empresas.

La normativa contó solo con los votos a favor del equipo de gobierno, mientras que el resto de grupos políticos (PP, Guanyem y Alternativa Insular) se abstuvieron al dudar de su eficacia por su «difícil cumplimiento» y por la falta de policía para controlarlo.

Además, el concejal del PP, Javier Marí, aseguró que se trata de una ordenanza «arbitraria» porque «no existe un informe de la Policía Local que determine porque el límite está en 200 personas».

Seguridad

La socialista Paquita Ribas explicó que ante la falta de efectivos, «la única manera que tenemos de hacer un control es utilizar herramientas mecánicas para controlar de forma automática». «Al menos ponemos los medios para garantizar una seguridad», defendió la concejala, que recordó que ahora «no existe ningún sistema de control».

Tal como indica la nueva ordenanza, los establecimientos deberán instalar sensores de paso para poder contabilizar el número de usuarios. También deberán colocar, en zonas visibles, un cartel indicando la capacidad máxima y designar a un responsable, que deberá evitar que la afluencia de público supere el aforo permitido.