«Muchos padres no son conscientes de los peligros de las redes sociales para sus hijos»

El policía Silvestre del Río ha ofrecido una charla en Can Jeroni sobre la pornografía y su peligro para los más jóvenes

El policía Silvestre del Río durante la charla en Can Jeroni sobre la pornografía y su peligro para los más jóvenes. | C. L. C.

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Silvestre del Río es policía de profesión pero su especialización en menores lo ha llevado a ofrecer conferencias como mentor por todo el territorio nacional. Bien es sabido por todos que la relación de los más jóvenes con las nuevas tecnologías, todavía más durante la adolescencia, es delicada. Pero esto se agrava todavía más en el caso de la pornografía, que está presente entre los más pequeños de una forma mucho más profunda de lo que pueda parecer. Sobre esto ha versado la conferencia que este miércoles por la tarde Del Río ha ofrecido en Can Jeroni ‘¿Sabes qué hacen tus hijos en internet? De las tablets al porno’.

«La mayoría de los jóvenes empiezan a ver porno de manera voluntaria a partir de los 14 años, sin embargo, mucho antes de esto ya han tenido un acceso fortuito a esa pornografía, que ha sido introductoria, y ha sido anterior, en torno a los once años», señala Del Río. Sobre estos canales de acceso, señala que son diversos, pero siempre directamente vinculados con las nuevas tecnologías: «muchas veces es navegando, que aparece un anuncio de carácter sexual. Otras veces es a través una búsqueda de algo simple, incluso en las escuelas, que termina en un resultado con contenido pornográfico».

Madrasta, hermanastra o MILF

Esta rápida introducción en el mundo de la pornografía tiene además rápidas consecuencias para estos jóvenes. Durante las primeras ocasiones las búsquedas más habituales están relacionadas con términos como «madrasta, hermanastra o MILF -madre a la que me follaría, por sus siglas en inglés».

Sin embargo, Del Río explica que, con el paso del tiempo «estas categorías dejan de suponer un estímulo para ellos, y empiezan a adentrarse en categorías como «sexo en grupo» o «sexo forzoso».

Silvestre del Río.

Que esta sea la única vía de educación sexual para muchos menores supone una problemática grave para Del Río, que deriva en que «patrones y conductas irreales como son las de la industria del porno, muchos crezcan creyendo que es algo verosímil. Luego nos encontramos con que cada vez más crecen los abusos sexuales en grupo o muchas chicas acceden a prácticas sexuales que son desagradables para ellas porque consideran que es lo habitual, ya que lo han visto en la pornografía».

Las nuevas formas de redes sociales tienen una vinculación clara. Muchos niños y, sobre todo niñas, ven contenido en redes como TikTok de personas adultas como por ejemplo bailes, y los reproducen sin ser conscientes del contenido sexual que lleva implícito. Esto genera en los jóvenes una sensación de adicción a ese like, explica Del Río. «A mi me han llegado a decir niñas que si no enseñan las tetas o el culo en los vídeos, no reciben me gusta. Esto es un grave peligro para todas estas generaciones que tienen esa necesidad por la validación en las redes», asegura el conferenciante.

Redes sociales

Sobre estas redes sociales, las nuevas plataformas, tales como OnlyFans, son todavía más nocivas para los jóvenes -especialmente mujeres- por incluir esa promesa de supuesto dinero fácil. «Yo he ido a charlas en colegios e institutos y alumnas me han dicho que quieren ser modelos de OnlyFans porque han visto vídeos en redes en los que mujeres aseguran que ganan cerca de un millón de euros al mes vendiendo fotos», asegura Del Río.

Y es que plataformas como esta, que en un principio nacieron como una herramienta para compartir material entre artistas, son especialmente nocivas. «Existe una relación entre esas personas que se introducen en el mundo de Onlyfans y que, al ver frustradas sus expectativas de conseguir mucho dinero de una manera sencilla, acaban siendo atrapadas en la prostitución».

Sin embargo, muchas veces la pornografía respecto a los menores no es algo tan directo, sino muchas veces nada intencional, y consecuencia directa de la acción de los padres. «El 72 % del material incautado a los pedófilos son imágenes de los menores subidas por sus propias familia», asegura Del Río durante su conferencia. Y es que un vídeo que pueda parecer inocente a ojos de un padre o una madre puede ser contenido pornográfico para un pedófilo. Por eso, llama a ser conscientes de los peligros de exponer a los menores en redes sociales.