Educadores sociales de Ibiza claman por su seguridad tras el asesinato de Badajoz

Piden mejores condiciones laborales y protección tras el asesinato de Belén Cortés

Alrededor de sesenta personas se reunieron para protestar.

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Este viernes, alrededor de sesenta personas se reunieron en el paseo de Vara de Rey para manifestarse contra la violencia que enfrentan los trabajadores y trabajadoras del ámbito social, con motivo del asesinato de la educadora social Belén Cortés, en Badajoz.

La concentración fue una llamada urgente sobre las condiciones laborales precarias y la falta de protección a este colectivo, que es esencial pero cuya función está invisibilizada.

Sara Tortajada y Almudena Torres, trabajadoras sociales de Ibiza, tomaron la palabra para exponer la realidad del sector: «Muchas de nosotras hemos vivido algún tipo de agresión, ya sea verbal, amenazas, insultos, intimidaciones… no hace falta que os lo explique porque muchas ya lo sabéis». La violencia que enfrentan en el día a día no se limita a hecho aislados, sino que ha sido normalizado como parte de su trabajo. Sin embargo, las trabajadoras sociales reivindican que este tipo de situaciones no se deben aceptar.

La manifestación también destacó la indignación por la falta de medidas de seguridad. «El trabajo social es esencial, pero nosotras trabajamos solas, sin protección» explicó Sara.

En otras profesiones que requieren de intervenciones de riesgo, los profesionales van en pareja o con medidas de seguridad, pero no es el caso de las educadoras sociales, sobre todo en visitas a domicilio o intervenciones en situaciones de vulnerabilidad.

«Lo que le ocurrió a Belén no es un accidente laboral, es un acto de negligencia por parte de las administraciones, que deberían habernos protegido», denunciaron.

En muchas ocasiones, las trabjadoras sociales se ven obligadas a denunciar agresiones o amenazas, pero estas denuncias, aunque muchas veces son ignoradas, no evitan que sigan enfrentandose a situaciones peligrosas. Como explica Almudena, «al día siguiente de denunciar tenemos que volver a nuestro puesto de trabajo».

La falta de apoyo y el riesgo de exponerse tras poner una denuncia son dos de las principales preocupaciones que comentaron en el encuentro.

En la manifestación, se pudieron ver pancartas entre los asistentes con mensajes como ‘Que la vocación no se rompa por el miedo’, ‘Exigimos derechos y protección’ o ‘Que el trabajo no nos cueste la vida’.

«No pedimos nada extraordinario, solo lo necesario para poder trabajar sin miedo», sentenciaron.