Natural de Barcelona, hace poco tiempo se ha trasladado a la isla de Ibiza. Claudia Bardagí habla de su vida y trabajo en el programa de la TEF Bona Nit Pitiüses Entrevistes.
—Se crió en Sant Cugat, ¿tiene algún recuerdo especial del lugar?
—Ahora ha cambiado mucho, pero me acuerdo de ir con mi padre a comprar al pueblo. Íbamos a comprar el pan y hablábamos con todo el mundo. No estaba asfaltado y, cuando llovía, volvíamos llenos de barro con el carro de la compra y es un recuerdo que me gusta. En el colegio, tuve muchos profesores que me gustaron y cada uno me motivaba en un campo o en otro. La primera profesora que tuve, Esther, recuerda cómo me gustaba mucho la música y dibujar.
—¿Era una niña introvertida o todo lo contrario?
—Me gustaba mucho hacer el payaso, aunque soy tímida al mismo tiempo. También, me gustaba estar en mi mundo. Me gusta estar con gente y la fiesta, pero llega un momento en que me saturo. Es como si necesitara bajar revoluciones y creo que a mucha gente le pasa lo mismo.
—Los artistas suelen ser tímidos y sentir nervios antes de actuar.
—Me pasa mucho. Los nervios que sientes antes de empezar son buenos, pero están ahí. Cuando comienzas, sientes que estás en tu mundo. Es un poco difícil buscar el equilibrio entre querer hacerlo perfecto y disfrutarlo.
—¿Hay antecedentes musicales en su familia?
—Por todas partes. De hecho, fui a una psicóloga en Barcelona y me dijo que me tenía que dedicar a esto porque tenía muchos familiares músicos. No puedo hacer otra cosa porque es lo que siento y lo que me mueve. Empecé piano a los cuatro años. Me apuntaron mis padres a una academia de mi tía abuela, Alicia de Larrocha. Ella viajaba mucho y cuando me examinaba, yo me ponía nerviosa. También me dio clases en su casa. Estudié piano clásico y después quise investigar otros estilos porque me gustaban cosas muy diferentes. No me veía como mi tía abuela, sólo como pianista clásica. Llegué a dar algún concierto de clásico y sentía muchos nervios, pero era algo bueno por la disciplina y porque te fijas mucho en la sonoridad y la técnica. Lo disfrutaba y estudiar en casa me gustaba mucho, pero es cierto que no era mi esencia ni mi música.
—¿Cómo creó su primer trabajo musical?
—Acabé la carrera de piano clásico y pensaba en qué hacer. Decidí irme a Nueva York, donde viví un año. Me apunté a una escuela de inglés y fui a muchos conciertos distintos, conociendo a mucha gente. También, fui a muchas clases particulares con músicos que me gustaban. Comencé a inspirarme y a componer y a combinar el piano con la voz. Cuando volví a Barcelona, tenía canciones y decidí grabar un disco. Siempre he cantado y, de hecho, mis padres dicen que antes de hablar, yo cantaba.
—En Nueva York no le llamaron la atención estilos como el jazz o el blues.
—Sí, escuché de todo, principalmente jazz, aunque no me veo tocando ese estilo. Al final, te sale una mezcla.
—Si le hablo de Hans Zimmer.
—No lo conocí personalmente, pero un amigo de mi padre que tiene un estudio en Barcelona graba muchas bandas sonoras de películas y las versiones en castellano o catalán se las mandaban a él. Con él, grabé varias cosas, incluso a los siete años un disco de canciones infantiles. Me llamó para grabar la banda de ‘El príncipe de Egipto’ y me encantó. Es muy bonito cantar la música de Zimmer.
—¿Dónde se siente más a gusto, cantando o tocando?
—Haciendo las dos cosas a la vez. De hecho, sólo cantar es algo que estoy trabajando. El piano es como una protección porque mi cabeza está concentrada en más cosas. Si sólo canto, es como si me faltara algo. Si toco las armonías, sé por dónde voy. En caso contrario, me siento más perdida.
—¿Sigue algún protocolo o manía a la hora de actuar o componer?
—Maniática no, pero me gusta tener mi espacio. En casa tengo mi rincón con el piano, el ordenador y no tengo ninguna rutina para componer. Comienzo a tocar y con el móvil lo grabo todo. También a veces por la calle me surge una melodía que puedo utilizar para una canción. Es como un puzzle. Voy haciendo fragmentos y después todo encaja.
—Qué opina de la tecnología, de la IA que en segundos compone una canción.
—Es bastante triste. Lo veo frío porque, cuando compones algo, debe salir de lo que se siente. Me gusta mucho el proceso de componer y, si no existe, es como tocar la canción de otra persona. No lo he probado, pero creo que le faltará el alma. Espero que no quite trabajo a los músicos. Pienso que, al final, se buscará más la parte humana.
—Si hablamos de estilos musicales, ¿en cuál se mueve?
—Me gusta mucho Brasil, pero me muevo entre el pop, rock y el jazz. También baladas.
—¿Es complicado vivir de la música?
—La verdad es que sí porque debes hacer muchas cosas. La música, en el arte, es donde mejor te puedes ganar la vida. Los actores, en ocasiones, permanecen años esperando a que les llames. En la música se paga poco por los conciertos, que son un lujo. Tienes que hacer muchas cosas diferentes como músico. Yo estoy con este disco, pero también haciendo otras cosas.
—¿Dónde es el lugar más extraño en el que le han pedido un autógrafo?
—Creo que en la espalda, pero en el concierto de otro grupo.
—¿Cómo se prepara una gira?
—Depende del lugar. Algunos te dicen que no tienen teclado y debo llevarme el mío. En otros conciertos, incluso me ponen un piano de cola. Estoy pendiente de si hay amplificadores para los músicos. De todo. También, tengo un manager que me organiza cosas. Hacerse un nombre en la música es complicado. Ahora, con las redes, es fácil contactar con otros músicos, pero si no estás en una discográfica vas muy lentamente porque todo depende de ti. Es una empresa. Inicias un proyecto y debes moverlo y hacerlo. Es algo en lo que tú crees y debes moverlo.
—También ha trabajado como pianista acompañante.
—Sí, de hecho toco con otros autores y voy de pianista corista. Si hablo de lugares en los que he tocado, una amiga batería me dijo de ir a actuar con un grupo alemán que hacía versiones de Abba. Me dijo de ir, pero como bajista.
—¿En Ibiza falta algún auditorio en condiciones?
—Hace poco que vivo aquí, pero estoy muy contenta con los sitios que hay. Siempre estaría bien tener más lugares para actuar. Ahora estamos moviendo conciertos por fuera. Siempre pienso que, al final, sea un sitio u otro, siempre hay las mismas cosas. En Nueva York hay muchas cosas cada día, pero después tenía la sensación de pueblo porque vas a los mismos lugares.
—¿Qué dicen sus padres cuando la ven en el escenario?
—Están muy contentos porque toda la vida me han visto haciendo esto.
—Estamos en la isla de la música electrónica.
—Es algo que tengo pendiente y me gustaría hacer algo con mi marido en este estilo. Comenzaré a investigar.
—¿Cómo es un día en su vida?
—Me gusta tomarme el día con calma, aunque tengo que llevar a mi hija al colegio. Me gusta que mis días sean diferentes. Vivo el día a día. Hago música.
3 comentarios
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SanitarioVeo que quien no ha entendido es usted. La IA no tiene porque solo hacer canciones. Es una herramienta que puede ayudar a mejorarlas, puede ayudar a añadir instrumentos a aquellos que no se pueden permitir un grupo, puede ayudar a editar trabajos sin necesidad de grandes productoras y el desembolso que suponen, puede hacer de profesor de canto corrigiendo en tiempo real errores a muchos que no se pueden permitir un profesor, democratizando el acceso al mercado, y muchas muchas cosas más. Vd. debe ser de los que piensan que la imprenta fué un atraso porque algunos perdieron su trabajo.
OliveraPues escribiendo lo que escribe usted no se habrá leído bien la entrevista, no se pone a la defensiva solo dice que le parece triste porque la gracia de cualquier expresión artística es que salga propia de una personalidad humana, lo que expresa, lo que refleja, el músico que toca el instrumento, la persona que pone la voz... que la IA pueda hacer canciones o dibujar cuadros pues puede que sean muy bonitos pero no dejaran de ser algo totalmente impersonal y vacio de significado, y como dice ella "frio y sin alma". Quiza para la musica comercial pueda valer ya que son canciones de consumo rapido, de estribillo pegadizo que la mayoria de ellas no perduran más allá de un año pero no para música de calidad.
Otra que tiene bastante poca idea de lo que es la IA y como puede ayudarle, en lugar de ponerse a la defensiva pensando que le va a sustituir.