Las fuentes de Isidor Macabich cuado aún funcionaban. | Daniel Espinosa

La controvertida remodelación de la avenida de Isidor Macabich de Vila, que concluyó poco antes de las elecciones municipales de mayo de 2023, tenía entre sus atractivos la colocación de dos fuentes interactivas en el cruce con la calle Fra Vicent Nicolau. Las fuentes estuvieron operativas pocos meses y antes de que acabara el verano dejaron de funcionar sin que el Consistorio ofreciera explicaciones al respecto.

El concejal de Embellecimiento de Vila, Jordi Grivé, ha explicado ahora que el motivo por el que permanecen apagadas desde entonces es «un fallo en el diseño» que impide que los operarios puedan limpiar y hacer los trabajos de mantenimiento de estas fuentes. «Están hechas de tal manera que no se puede entrar para hacer el mantenimiento», ha asegurado el edil en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera, «ahora estamos haciendo las modificaciones necesarias para poder acceder. Es un fallo de diseño. Hemos cambiado las tapas y, una vez que esté todo modificado, volverán a funcionar». No obstante, Jordi Grivé también ha señalado que, aunque las fuentes se reactiven, volverán a apagarse si hay problemas de sequía.

El edil, por otro lado, ha explicado que su departamento trabaja ya en el proyecto de creación de corredores verdes y refugios climáticos de la ciudad. En este sentido, Grivé ha explicado que el objetivo de los corredores verdes será «que puedas caminar por la sombra por toda la ciudad». Estos corredores se crearán a medida que se vayan remodelado las diferentes calles en las que está previsto intervenir en los próximos meses.

El Consistorio tiene previsto ejecutar este proyecto vía subvenciones y, en palabras de Grivé, «será muy interesante porque habrá árboles, fuentes y sombras».

En cuanto a los refugios climáticos, Vila tiene en mente el modelo de Barcelona, ciudad pionera en España a la hora de habilitar estos espacios para que los ciudadanos puedan refugiarse durante las olas de calor. Se trata de zonas habilitadas tanto en el interior como en el exterior y en las que se ofrecen condiciones de lo que se denomina «confort térmico». Estos lugares proporcionan sombra, zonas de descanso y, en muchos de ellos, existen también puntos de agua. Están destinados sobre todo a colectivos vulnerables como ancianos, bebés o personas con enfermedades crónicas.

Barcelona ha habilitado hasta ahora un total de 350 refugios climáticos en la ciudad. El proyecto comenzó con los refugios en las escuelas, que recibió una subvención de 4 millones de euros por parte del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). El Ayuntamiento, por su parte, aportó un millón de euros más con el fin de conseguir que los centros educativos se adaptaran al cambio climático con la creación de estos refugios.

La capital catalana es considerada un modelo a seguir en lo que a políticas climáticas se refiere. Y es que, entre otros aspectos, ha puesto en marcha otros proyectos como la climatización de las escuelas y los equipamientos públicos y la mejora del espacio urbano para hacer frente a las olas de calor. Todo ello con un compromiso de inversión de 1.800 millones de euros hasta el año 2030.