Vicent Marí, en el exterior del Consell d'Eivissa. | Irene Arango

El presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí (Santa Eulària, 1965), ha recibido esta semana la mejor de las noticias, con el sobreseimiento provisional del caso de ‘La vida islados’. El auto judicial es contundente. El presidente actuó legal y correctamente en todo momento. Sin embargo, el PSOE ya ha anunciado que recurrirá. Una decisión que no sorprende a un Marí que está convencido de que los socialistas en Ibiza no saben hacer política si no es recurriendo a ese fango que está tan de moda y contra el que dicen luchar. Con la vista puesta en 2025, el presidente prefiere dejar ya a un lado todo lo sucedido y concentrarse en lo importante: la gestión de una isla que afronta retos difíciles y para cuya solución es necesaria una alta predisposición al diálogo y al acuerdo. Algo en lo que Marí ha demostrado ser un maestro.

—Sé que me dirá que usted ha estado tranquilo todo este tiempo pero entiendo que ahora lo estará más con el sobreseimiento provisional del caso de ‘La vida islados’.
—Sí pero lamento el tener que haber llegado hasta aquí. Yo entiendo la política de otra manera y verme envuelto en esta situación… No tanto por mí como por mi entorno, que lo vive de otra forma y lo sufre más. El PSOE y los demás denunciantes personados en la causa deberían hacer una reflexión. Sobre todo desde el punto de vista político porque no todo vale. La política se hace en las instituciones, en la calle, haciendo propuestas para mejorar la vida de los ciudadanos y no llevando a los tribunales un montaje para cargarte a tu adversario político. A mí no me cabe en la cabeza.

—Se le llegó a presentar como un maltratador.
—Como un coaccionador o como si hubiera un tema de acoso laboral en todo esto. Es al contrario. Yo soy una persona tranquila, no soy rencoroso ni vengativo. Verme envuelto en esto ha sido duro porque los demás no solo no han probado mi culpabilidad sino que yo he tenido que demostrar mi inocencia. Todo han sido insidias y el montaje de una oficina anticorrupción que afortunadamente ya se ha cerrado. Llevaron este asunto hasta la Fiscalía y esta hizo una transposición de la denuncia de la Oficina Anticorrupción. Hasta que el juez de instrucción ha instruido, se han recabado pruebas y yo he podido hablar. Yo siempre he pedido que alguien me escuchara porque se me estaba juzgando y haciendo un juicio mediático paralelo sin que yo tuviera la ocasión de dar mi versión de los hechos. ¡Es que incluso la propia Oficina Anticorrupción incumplió su reglamento en la tramitación del expediente! Eso te crea una sensación de impotencia, de decir «qué he hecho, si todo lo que he hecho fue transparente y di cuenta de ello». Aquella época fue muy difícil, estábamos en una pandemia en la que la prioridad era salvar vidas pero también, una vez que saliéramos, buscar alguna manera de reactivar la economía, recuperar la actividad turística que en ese momento era cero. En esa situación tan dramática tenías que tomar decisiones. Y las decisiones no se tomaron de forma unilateral, sino dialogadas y consensuadas en un plan de choque. Estaba todo analizado, estudiado y planificado. Y se tramitó un expediente por emergencia porque la situación que vivíamos era catastrófica. Yo tengo que agradecer a todos los que participaron en ese proceso durante la pandemia porque había que reactivar el mercado. Y lo hicimos bien, con los informes que correspondía. A partir de aquí, allá cada uno con su conciencia.

—Cuando usted veía estos meses las noticias sobre la presunta corrupción del PSOE en relación con la pandemia, ¿qué sentía?
—Yo no voy a juzgar a los demás. Pero yo sí me sentía juzgado y maltratado por unas denuncias que no se correspondían con la realidad de los hechos. He estado imputado yo pero también dos funcionarios y el director insular (Juan Miguel Costa). Estas causas han sido sobreseídas y ahora se ha sobreseído el mía. Ha habido un juez que ha dejado clara la situación después de un trabajo exhaustivo. A partir de ahora, cada uno es libre de hacer lo que quiera. Ellos ya han anunciado que recurrirán. Y a mí me entristece ver que la única manera que tienen de hacer política es la de cargarse al adversario. Eso es lo que pretende el PSOE. Yo estaba tranquilo, estoy tranquilo y estaré tranquilo porque tengo la conciencia muy limpia y siempre he actuado, como solemos decir los funcionarios, según mi leal saber y entender y de la mejor manera que he sabido y he podido. Ojalá no tengamos que volver a vivir una situación como la de la pandemia pero, si sucede, yo volvería a actuar igual. Me senté con las personas a trabajar. La Mesa de Diálogo fue un ejemplo de cómo se tienen que abordar los problemas. Me senté con los sindicatos y con los empresarios y nos pusimos todos manos a la obra, con voluntad de superar la situación desde el punto de vista económico y social. Había que reactivar la economía de la isla y por eso actuamos como actuamos y lo hicimos lo mejor que supimos. Y se ha demostrado que se hizo ajustado a ley.

—Me llama la atención que la interventora haya estado tantos años grabando las conversaciones con usted, con otros políticos y con sus compañeros de trabajo.
—Es duro. A veces las personas son como son y no entiendes determinadas cuestiones. Yo en todo momento defendí el trabajo de los funcionarios. Mi intervención en el pleno del 25 de septiembre de 2020 fue en defensa de los trabajadores de esta casa. Era una situación difícil porque estábamos en estado de alarma. Y ellos también se han visto envueltos en esto… Ver que hay más de 20 horas de grabaciones te lleva a preguntarte qué se pretendía con todo esto. Yo no lo entiendo. Espero que las personas recapaciten y vean la situación de otra manera. Insisto, yo no guardo rencor a nadie. Si quienes me denunciaron me quieren pedir disculpas, lo aceptaré. Pero, si no lo hacen, no lo voy a tener en cuenta porque no albergo espíritu de venganza. Yo quiero que las cosas se aclaren y que cada uno haga su camino. Además de político soy persona y tengo un entorno familiar. Siempre me he regido por los principios de honestidad y transparencia y me puedo equivocar, sí, pero no se me caen los anillos por pedir disculpas. Estas personas creo que tienen que reflexionar y actuar según su conciencia. No puedo decir nada más y lamento que todavía se quiera recurrir y que esto dure porque, al final, yo lo veo como una manera de hacer política por la otra parte.

—Dicen luchar contra el fango pero son expertos en enfangar.
—Sí, es eso. Yo pensé que al cambiar de secretario general, cambiarían las cosas en el PSOE de Ibiza. Pero no veo ningún cambio. Yo les recomendaría que leyeran detenidamente el auto judicial y que reflexionen sobre si todo esto vale la pena para cargarse a un adversario político. Pienso que lo que se tendría que hacer es ser propositivos, ser críticos. La política no se hace en los juzgados. Yo nunca he instado a mi partido a que vaya contra otro político a través de los juzgados. Ni lo haré.

—¿Cómo ha impactado toda esta situación en los ciudadanos?
—Los funcionarios, todos, nos debemos al ciudadano. Tenemos que ser leales con la institución y facilitar que las cosas salgan, que no estén paralizadas. Todos los que trabajamos para la Administración pública deberíamos tener muy claros estos principios y yo no sé si todo el mundo los tiene claros. La lealtad, la honestidad, la voluntad de solucionar problemas y que haya compañerismo y buen ambiente son cuestiones importantes. No sé si todo el mundo lo ha hecho en todo este proceso. Es evidente que no. Nosotros estamos aquí para solucionar problemas, no para crearlos. La situación de desconfianza no beneficia en nada a la institución.

—¿Ha hablado con Núñez Feijóo o con alguien del partido a nivel nacional sobre el sobreseimiento del caso? Su caso fue noticia nacional y el PSOE lo usó para atacar al PP.
—No, la verdad es que no. De mí hablaron el presidente del Gobierno, ministros, en el Congreso… se me hizo un juicio mediático paralelo sin que yo pudiera explicarme. Ni siquiera en el Parlament. Pero para mí todo esto forma ya parte del pasado. Si alguno quiere insistir, ahí estaré. Tengo muy claro por qué ha sucedido todo esto. Nosotros éramos el único gobierno del PP en Baleares. Intentaron ir a por mí porque Ibiza era el bastión necesario para conseguir el Govern. Y para eso había que cargarse a Ibiza e ir a por Ibiza por cualquier medio. Emplearon toda la maquinaria política y administrativa que ellos mismos habían creado, como la Oficina Anticorrupción, para lincharme. Solo hay que ir a la hemeroteca para ver lo que decían de mí. ¿Dónde están todos esos ahora? Yo en todo momento dije que esto era un montaje y una venganza y, al final, la Justicia ha hablado. Yo he seguido hablando con estas personas, no les he girado la cabeza ni en público ni en privado ni les he insultado. Y seguiré tratando con estas personas porque yo soy como soy. ¿Venganza? No, yo vivo tranquilo. Esto no se me olvidará del todo pero no lo tendré en cuenta. Yo en todo momento he tenido claro que no tenía nada de lo que arrepentirme, que no había hecho nada mal, y eso es lo que me daba fuerza. He actuado como se tenía que actuar en los momentos más duros que ha vivido esta sociedad. Yo ocupo hoy el mismo cargo que entonces y en aquel momento había que atender las demandas de los ciudadanos y eso hice. A partir de aquí, todo lo que digan e intenten hacerme es querer desvirtuar la realidad de los hechos. Aquí nadie se ha llevado un duro, nadie se ha aprovechado, no ha habido ningún delito. Solo ha habido lo que se han inventado. Pero, insisto, que ellos vayan donde quieran que yo seguiré teniendo la conciencia muy tranquila.

—La verdad es que aquella promoción fue de las mejores y la canción de Joven Dolores todo un temazo. ¿Piensan utilizarlo más a partir de ahora?
—Esa campaña fue modélica. Se contrató al mejor director de anuncios publicitarios de España. Se trabajó con gente de la islas. Los artistas venían al Consell a pedirnos por favor que reactiváramos el sector cultural porque no había ninguna actividad. Se hizo una canción específica de Joven Dolores, creada aquí en unos momentos muy duros. Y se hizo un vídeo fabuloso, con tres finales distintos. Participaron Ana Vide y Olivia Molina. Luz, sonido, catering, todo salió de Ibiza. Sirvió para dar impulso al sector cultural, para que pudieran trabajar. Había un equipo de más de 70 personas. Y todo esto se hizo cuando teníamos limitadas las posibilidades de salir a la calle. Se hizo un magnífico trabajo con más de 1,7 millones de visualizaciones de redes. Hubo un gran trabajo y nunca se ha valorado. Yo lo reivindico.

—Usted y yo nos vemos una vez al año para hacer esta entrevista. ¿Qué tal ha ido 2024?
—¡Es verdad! (risas). Ha sido un año que, turísticamente, ha ido bien. Ha sido una buena temporada y, desde el punto de vista económico, el balance es positivo. Pero han comenzado a surgir también retos importantes que tenemos que abordar. Por ejemplo, la masificación turística. La gente se moviliza aquí, en Mallorca, en Canarias… el residente siente más los efectos negativos del turismo que los beneficios. Y aquí tenemos mucho trabajo por hacer. En el caso de Ibiza, el turismo es la única industria que tenemos. Pero si una parte de la sociedad percibe que hay problemas, hemos de reenfocar la situación porque algo no funciona. Tanto es así que ya trabajamos en esa línea. Hemos aprobado por iniciativa del Consell una ley de regulación de vehículos que será un antes y un después y que es revolucionaria. Estamos trabajando también en un gran pacto social para abordar problemas como el de la vivienda, que es complejo. No podemos normalizar que la gente tenga que vivir en infraviviendas para ganarse la vida. La gente viene porque hay oportunidades pero luego encuentran que no hay vivienda o que es muy cara. Hemos de corregir la situación y no normalizar los asentamientos que hay en la isla. Si no hay vivienda, no podemos basar nuestro crecimiento económico en la necesidad de más mano de obra y que los que vienen a trabajar tengan que malvivir. Esto, además, afecta también a los residentes, que vemos que la vivienda cada vez es más difícil. Hay familias que ya se cuestionan si sus hijos podrán vivir aquí. Esto hay que revertirlo. El crecimiento no puede ser a costa de la degradación de las condiciones de vida de los residentes y de los trabajadores. Esto tiene que partir de un pacto social, con la Mesa de Diálogo Social. Nos hemos reunido ya y presentaremos próximamente un documento con las propuestas que nos han hecho llegar.

—Sí, un documento para decir cómo vamos a actuar cada uno desde nuestras competencias. Se trata de ver qué podemos hacer cada uno desde nuestra responsabilidad. De este pacto social saldrán ideas importantes que también las aportarán los grupos políticos, aunque haya diferencias ideológicas. Hemos de abordar el problema porque no podemos normalizar lo de vivir en un asentamiento o en una infravivienda.

—El Consell va a destinar 3 millones de euros a los ayuntamientos en 2025 para temas de vivienda. ¿Cree que es suficiente?
—El Consell no tiene competencias en vivienda pero sí en cooperación municipal. Para 2025 hemos puesto esta cantidad dentro de este área para reforzar las políticas de vivienda que hacen los ayuntamientos. Hay que sumar 400.000 euros más para tratar problemas sociales relacionados con la vivienda. Se podrían destinar más recursos, sí, pero ha de haber una capacidad de gestión importante. Tramitar las ayudas no es fácil. Vamos a colaborar con los ayuntamientos para que haya unas bases comunes y que se pueda beneficiar más gente. Por otro lado, las competencias en vivienda las tienen la Comunidad Autónoma y el Gobierno central. El Govern se ha tomado esto como una prioridad. Además de construir VPO se harán viviendas a precio limitado. Todo con la colaboración privada. Antes todo se basaba en construir VPO desde la Administración y está bien pero…

—Vila y Santa Eulària han sacado sus planes municipales de vivienda. No sé si son realizables pero sí que son ambiciosos.
—Se van a construir más de 1.000 viviendas en terrenos de propiedad pública y en colaboración con la iniciativa privada. Se alquilará a un precio tasado. Es una idea que está funcionando en otros lugares. No son soluciones a corto plazo pero se marcará la tendencia. Sant Antoni y Sant Josep también están trabajando para esto. Además, el decreto del Govern permite también que se construya este tipo de viviendas en terrenos privados, con unos parámetros mucho mejores que si es una promoción privada.

—¿Cree que veremos algún día construidas las viviendas de ca n’Escandell?
—Hemos tardado casi 20 años en ver la depuradora así que las 532 viviendas de ca n’Escandell acabarán construidas, sin duda alguna. Pero es triste ver que, cuando Ibiza depende de otras administraciones, siempre somos los últimos. Nos pasó con la depuradora. Las desaladoras son otra asignatura pendiente porque tardan mucho en planificarse. Nos ha pasado lo mismo con la planta de triaje de ca na Putxa. Las grandes infraestructuras siempre son muy lentas. En ca n’Escandell ya se ha iniciado el proceso de urbanización y estoy convencido de que, en unos años, las viviendas serán una realidad.

—El problema de la vivienda es consecuencia del intrusismo, que es su principal caballo de batalla. ¿Cree que los ciudadanos somos realmente conscientes de cómo nos afecta?
—Los ciudadanos son conscientes y, además, viven las consecuencias de ese intrusismo. Si hay un malestar en la sociedad y se culpabiliza al turismo, erramos el tiro. No hay que culpabilizar al turista de nuestros problemas. Son problemas que hemos creado nosotros y que tenemos que solucionar nosotros. Y se ha creado porque hay una parte importante del mercado residencial de vivienda que se destina ilegalmente a usos turísticos. Hay que acabar con esta impunidad. En la pasada legislatura fuimos pioneros en la creación de la Oficina de Lucha contra el Intrusismo. Hemos ido mejorando y creíamos que había que cambiar el escenario y poner más medios. Por eso presentamos al Govern un plan de lucha contra el intrusismo para tres años y se nos han asignado 4,2 millones de euros de la ecotasa para 2025 de un programa que llegará a los 22 millones en 2027. Eso significará más medios humanos, mayor coordinación y trabajo conjunto con los ayuntamientos y el Govern, más medios tecnológicos…

—¿Sigue pensando que el Gobierno acabará cediendo con el convenio de carreteras?
—Tiene que hacerlo. Es su obligación. Si no lo hace, sería una bofetada más a la isla de Ibiza. La isla cumplió con los anteriores convenios de carreteras y ejecutó la totalidad de las obras. Ahora tenemos proyectos por valor de 120 millones de euros. Proyectos para mayor seguridad y fluidez de nuestras carreteras. Aquí no tenemos AVE ni redes ferroviarias, tenemos carreteras. Y es competencia del Estado financiar estas infraestructuras. Es una vergüenza. El Consell hace el mantenimiento de las carreteras con fondos propios pero hay que modernizar la red. El proyecto más urgente es el de la rotonda de los Cazadores, que es el mayor punto negro de la isla. El Govern nos adelantará el dinero para poder empezar las obras de manera inmediata. Pero no podemos esperar a firmar ese convenio de carreteras porque cada día que pasa es más riesgo y más posibilidades de accidentes. De momento haremos obras con los convenios que vayamos firmando con el Govern pero sin renunciar a la financiación del Gobierno central.

—La nueva ley que regulará la limitación del acceso de vehículos entrará ya en funcionamiento en 2025. ¿Puede avanzar alguna cifra para que podamos hacernos una idea de lo que supondrá?
—Siempre he mantenido que, cuando la ley se aprobara, que ya lo está, la implantación se haría de manera progresiva. Y con diálogo y consenso con los principales actores que nos tienen que ayudar en ese control. Hay actores públicos y privados: las navieras, que traen los vehículos; la compañías de rent a car, que son las que traen en julio y agosto unos 10.000 vehículos; la DGT, que tiene el censo de todos los vehículos, y Autoridad Portuaria.

—Mucha gente para ponerse de acuerdo.
—Sí, es un tema complejo. Formentera tiene un control de vehículos pero es más fácil de gestionar porque es una isla más pequeña. En Ibiza empezaremos con el control de caravanas y de flotas de vehículos de alquiler. Confío en que para el próximo verano haya ya un cierto control. Y, sobre todo, que ya tengamos los mecanismos de medición como programas informáticos, el personal, la constitución del consorcio de movilidad… Hay mucho trabajo por delante y aún no se puede hablar de cifras. Lo más importante desde el punto de vista legal ya está hecho. Hay que desarrollar el reglamento pero la ley es la que da competencias al Consell para controlar y regular la entrada de vehículos en la isla. Yo estoy convencido de que esto permitirá tranquilizar en cuanto a masificación. Por otro lado, esto irá acompañado de una nueva contrata de transporte público. Estamos ya en fase de adjudicación. Se han abierto todos los sobres y en breve se conocerán los adjudicatarios. Luego hay un tiempo para la puesta en funcionamiento pero 2025 será en el que ya se verán los nuevos autobuses. Todo junto ayudará a mejorar la movilidad en la isla y a que no haya la masificación. Son cosas que están ligadas.

—La promoción turística está también en el punto de mira por el problema de la masificación y muchos ciudadanos creen que se debería recortar.
—La promoción turística que hace Ibiza está muy sectorizada y muy enfocada a la desestacionalización. La pasada legislatura aprobamos un Plan de Marketing y ahora lo estamos ejecutando. No apostamos por más cantidad sino por más calidad y mayor gasto medio. Esto significa apostar por nuevos nichos de mercado, por ejemplo, las pruebas deportivas, con las que alargamos la temporada. Siempre hemos hablado de desestacionalización e Ibiza ya ha dado pasos importantes hacia ese objetivo. Los establecimientos abren antes y eso es más estabilidad en el empleo. Las compañías aéreas han ampliado sus programaciones. La promoción de la isla está bien enfocada. No vamos a buscar más turistas. Vamos a buscar a los que gastan más y vienen desde marzo o abril y hasta casi noviembre. Esto hay que calificarlo de éxito. No es un mérito solo de la Administración sino también del sector. Hay una excelente colaboración público-privada. Hasta el ocio nocturno abre antes y cierra más tarde. Hay una mayor mentalización por parte del sector de alargar la temporada y de apostar por el turismo de calidad y no de cantidad.

—No puedo acabar nuestra entrevista sin hablar de política nacional. Desde hace meses se habla de una posible moción de censura contra Sánchez en la que el PP no tendría problemas en llegar a acuerdos con Junts y Carles Puigdemont. Una posibilidad que rechaza el presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández. ¿Qué cree usted que debe hacer su partido?
—Yo creo que España vive unos momentos políticos muy graves. No todo vale en política. Y para mantenerte en un cargo no tienes que vender tu alma a cualquier ideología. La dignidad está por encima de eso. Se está jugando con la dignidad de todos los españoles. Se está yendo muy lejos y se está vendiendo el país a intereses minoritarios como los de los independentistas. Intereses muy dispares pero que son los que aguantan a un presidente en La Moncloa. Eso no es una manera digna de estar en un cargo. Pero los que le dan apoyo saben que tienen al mejor instrumento que pueden tener en La Moncloa, que lo pueden extorsionar, que lo pueden forzar, porque cederá a sus presiones. Y esto es grave. Insisto, no todo vale en la vida y menos cuando diriges un país. Si no puedes gobernar, si no puedes aplicar tus políticas, no puedes vender lo que haga falta para continuar en el cargo. Ahora tenemos un presidente que por la silla lo vende todo. No tiene escrúpulos, no tiene límites. Y eso es muy triste. Sin perder esa dignidad, cualquier acto que se haga con el apoyo de la ciudadanía para acabar con esta situación está justificado. Pero siempre dentro de los límites de la dignidad.

—Eso no debería incluir pactar con Puigdemont.
—Es que yo creo que hay líneas rojas que no se pueden sobrepasar. El Govern balear ha perdido su mayoría parlamentaria por no querer pasar líneas rojas. Lo fácil hubiera sido pasarlas pero Marga Prohens no ha tragado. Yo creo en los políticos que tienen claro hasta dónde pueden llegar. Prohens ha perdido la mayoría por mantenerse fiel a lo que sus votantes le han demandado y a lo que ella ha puesto en un programa. Ha preferido no ceder a los chantajes.