La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma celebra este viernes (10.00 horas) la vista previa del juicio contra una banda de seis ladrones acusados de robar cerca de 870.000 euros en establecimientos comerciales de Mallorca, Ibiza y Formentera, hechos por los que la Fiscalía pide que sean condenados a un total de 56 años de prisión.
Según señala el fiscal en su escrito de acusación, los hechos ocurrieron entre abril y agosto de 2015, tiempo en el que los acusados cometieron nueve robos con fuerza, siempre a altas horas de la madrugada y aprovechando que los locales estaban cerrados al público y que, por lo general, tenían efectivo en sus cajas fuertes debido a la actividad de la temporada turística.
Los dos cabecillas de la banda eran hijos del dueño de la empresa con la que algunos de los establecimientos que sufrieron los robos, tenían contratado el sistema de extinción de incendio, por lo que tenían conocimiento privilegiado de la ubicación de las cajas fuertes y de los sistemas de alarma.
Para robar en otros lugares que no tuvieran relación con la empresa de los líderes de la organización, otro de los encausados se hacía pasar por técnico de telefonía para inspeccionar los potenciales objetivos.
El primero y más cuantioso de los robos tuvo lugar el 12 de abril de 2015 en una joyería de Ibiza, donde previamente habían colocado cinta adhesiva en los sensores de movimiento de la alarma para desactivarla. Así, utilizando un oxicorte lograron romper la caja fuerte y robar 500.000 euros en joyas.
A partir de entonces, ya entre julio y agosto de ese mismo año, robaron 40.000 euros de un restaurante de Formentera, 133.500 euros de otro local de Sant Antoni de Portmany, 24.000 euros de un local de playa den Bossa, 61.400 euros de otra joyería ibicenca y 116.6000 euros de varias cafeterías de Palma, Portals y Andratx.
También entraron en un concesionario de Palma, del que sustrajeron un coche que emplearon para cometer algunos de los robos y en el que causaron daños cuya reparación ascendió a más de 10.000 euros.
La Fiscalía les imputa delitos de robo con fuerza, robo con violencia y falsificación documental --por alquilar un coche con un pasaporte falso-- por los que pide que sean condenados a penas que van de los cinco a los 12 años y que suman un total de 56 años y medio de prisión.
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