Agolpes de cadena con todo lo que encontraba a su paso: motos aparcadas, coches circulando y finalmente los agentes de la Policía Nacional que acudieron a detenerle. Es el violento episodio protagonizado por un sospechoso habitual, un marroquí de 37 años, detenido en varias ocasiones por hechos similares en Vila. El sujeto se revolvió con gran agresividad blandiendo una cadena pitón.

Violentos. Como alimañas. La Guardia Civil detuvo en Formentera a dos individuos que la madrugada del domingo malhirieron a tres personas a golpe de piedra. Una partida en un futbolín detonó una refriega que horas después derivó en el brutal ataque a dos hermanos y una mujer. La descripción de los agresores permitió su localización y arresto.

Pesadilla en la cocina. Al chef se le fue la mano y no fue con la sal. Un restaurante de Cala Martina fue el escenario de un violento episodio con un cocinero y un turista como protagonistas. El comensal, un septuagenario alemán, devolvió un plato y el cocinero respondió con un empujón que tumbó al cliente. Días después, la víctima fue intervenida por dos coágulos en el tórax. El investigado contradice la versión oficial y alega que todo fue accidental.

Contra el patrimonio. Efectivos de los bomberos auxiliaron la tarde del martes a una mujer herida tras sufrir una caída en la cueva de es Culleran. Pero la envergadura y gravedad del incidente era mayor ya que la caída se produjo tras reventar junto a otra mujer la reja de acceso al santuario púnico. La pareja hizo caso omiso de las prohibiciones señalizadas y la fechoría fue captada por las cámaras de seguridad. Ahora podrían ser sancionadas por un delito contra el patrimonio.

Quinquis. Cazado por un viandante en plena huida. La Guardia Civil arrestó el lunes a un joven que corría con la cartera de un turista que segundos antes había sido asaltado en plena avenida Doctor Fleming. El botín ascendía a unos 200 euros.

Serie. The real Peaky Blinders (2022) de Carl Chinn.

Macabro hallazgo en Formentera

Una calavera abandonada en la entrada del cementerio de Sant Ferran. Es el macabro hallazgo denunciado el lunes por un vecino de Formentera. Un responsable de mantenimiento se encargó de devolver los restos al osario y comprobó que no hubiese más huesos fuera del lugar.