Óscar Camps en un momento de su ponencia en la VI Edición del Foro Marino. | Alejandro Mellon

Óscar Camps saltó a la escena mediática a través de su labor en Proactiva Open Arms. Nombrado Europeo del año 2019 por la revista estadounidense Reader’s digest en reconocimiento «a su gran labor humanitaria, al haber rescatado a más de 59.000 migrantes desesperados de las aguas del Egeo y el Mediterráneo en los últimos tres años y medio». En septiembre de 2015 decidió fundar la ONG, financiada con tan solo 15.000 euros, en la isla griega de Lesbos.

Camps estuvo ayer en Ibiza con motivo de la sexta edición del Foro Marino, para dar una ponencia.

Antes, atendió a Periódico de Ibiza y Formentera

La isla, según explica, la conoce bien: «Vine aquí como socorrista con mi empresa hace años, cuando nos dieron la concesión en las playas de Vila». De eso ha pasado mucho tiempo, y si por algo está en la palestra mediática es por su ONG, Open Arms. Sobre los inicios de esta Camps explica que «nació como respuesta a una situación límite. Nosotros éramos socorristas y cuando terminó la temporada de playas en septiembre nos fuimos a Grecia a ver si podíamos colaborar con alguna entidad y apoyar a esas personas que cruzaban el Egeo. Fue en ese momento en el que decidí montar una asociación, lo que hoy conocemos como Open Arms».

Esos flujos migratorios en ese momento eran especialmente comunes con motivo de la Guerra en Siria: «Era indescriptible, familias enteras cruzando el Egeo. Son solo seis millas desde la costa turca hasta Lesbos, pero parecía mucho más.». La situación, tal y como explica Camps, cambió radicalmente cuando la canciller alemana Angela Merkel y el presidente turco Tayyip Erdogan llegaron a un acuerdo «para frenar el flujo migratorio y que retuviera a dos millones de sirios a cambio de seis mil millones de euros. Ese flujo migratorio pasa entonces de miles al día a cientos, y crece el flujo migratorio en el Mediterráneo central. Desde el 2016, ahí seguimos».

Sobre las dificultades que se han encontrado a lo largo del tiempo para desarrollar su labor, el activista explica que «han sido de todo tipo. Desde dificultades técnicas hasta las administrativas. Los estados, ya sean Grecia, Italia, España o Malta nos han bloqueado en infinidad de ocasiones, reteniéndonos en diferentes puertos. Creo que es el único barco del mundo que ha estado retenido en tantos puertos », ironiza Camps. Los motivos de estas trabas burocráticas los tiene claros: «Porque somos incómodos. Los países del Mediterráneo incumplen los acuerdos internacionales a los que están suscritos. En nuestras misiones siempre hay dos periodistas independientes a bordo del barco».

«Un estado solo puede ser sancionado por otro estado», explica Camps, quien hace hincapié en lo dramático de la actual situación en el Mar Mediteráneo: «Un mar que une tres continentes, en el que se ha comerciado y transmitido la cultura, se ha convertido en un sitio donde muere gente a diario. La inacción de los gobiernos conlleva a esto».

Sobre la cantidad de personas fallecidas a lo largo de todos estos años, la contabiliza en «30.000 muertos desde el 2014 en naufragios oficialmente. Extraoficialmente pueden ser muchos más, porque solo sabemos las cifras de aquellos naufragios en los que alguien puede dar la información. En un naufragio en el que mueren todos nadie deja constancia».

Tomar conciencia sobre algo que ocurre a muchas millas de distancia a veces puede resultar complicado. Al menos, así opina Camps:«A veces adoptamos un discurso que le viene bien a nuestras conciencias. Un discurso que no es veraz y que no trata el tema con la responsabilidad y la humanidad que se debería tratar. Un discurso que culpabiliza a las personas vulnerables por el hecho de serlo, por querer huir de la miseria y de la guerra de cualquier manera. Europa no está facilitando el acceso al derecho que tienen las personas al refugio. A la gente le gusta más tener la conciencia tranquila y pensar que si se mueren es culpa de ellos. Hay que recurrir a los valores fundacionales de la Unión Europea, en el respeto a los derechos humanos. Todo el mundo se quiere quedar en su entorno, con su familia, sus amigos, su tierra, su gente. Si huyen es porque se ven obligados a ello».

Para prácticamente nadie pasa por alto que durante este verano a las Islas Baleares ha llegado un número especialmente elevado de pateras a nuestras costas. Los motivos del establecimiento de una ruta migratoria tienen que ver, para Camps, con estos flujos. «Hay 16 flujos migratorios marítimos en todo el mundo. Canarias es un flujo migratorio constante en el Atlántico, provenientes de Senegal y Mauritania. Pero ahora Baleares se ha convertido en una ruta habitual del Mediterráneo, con las embarcaciones que provienen de Argelia». Los motivos, para Camps, son claros y aluden a cuestiones geopolíticas: «Los acuerdos de países de Europa, cuando financian a terceros países, hacen que se abran otras rutas. Cuando Libia cobra dinero de Italia, cierra las salidas y pasa los migrantes a Libia. A su vez, Libia renegocia con Italia un reconocimiento político y un dinero y, cuando este se acepta, se trasladan los migrantes a Argelia. Desde este país llegan a Baleares, que han recibido este año más pateras. Y creo que el año que viene será peor. Porque si Europa se dedica a pagar a terceros países, todos quieren su parte. Hay estados que utilizan a las personas para renegociar las condiciones políticas».

Detrás de esas embarcaciones que se lanzan al mar hay «connivencia de los estados. De Túnez salen en dos semanas catorce mil personas de origen subsahariano. ¿Dónde están las autoridades? Es como un traficante de droga: tú ves al que trapichea en la calle, como el que está en las costas. Pero al verdadero traficante no lo ves. Los estados son cómplices de esta situación».

Foro Marino

La sexta edición del Foro Marino ha arrancado este viernes en Ibiza y sus ponentes han destacado la urgencia de adoptar medidas para proteger el Mediterráneo. Los responsables del foro han apuntado que la creación de áreas marinas protegidas, la promoción de prácticas turísticas sostenibles y la educación ambiental son algunos de los «pasos esenciales para asegurar el futuro de este valioso patrimonio natural y revertir la tendencia negativa registrada».

Asimismo, han reivindicado que las áreas marinas protegidas deben ser gestionadas «con rigor y contar con los recursos necesarios para la vigilancia y el cumplimiento de las normativas».
Entre otros participantes, la presidenta de la Fundación Ecomar, Theresa Zabell, ha destacado la importancia de educar a los jóvenes en «el respeto» y cuidado del entorno» y ha explicado los proyectos en los que trabaja.

Uno de ellos es el Bosque submarino, un proyecto que desarrolla con Red Eléctrica. El delegado de esta empresa en Baleares, Eduardo Maynau, ha detallado en qué consiste esta alianza estratégica para replantar posidonia en Baleares, Tarragona y Valencia. También ha destacado la necesidad de conservar y recuperar ecosistemas marinos y la manera en que Redeia, matriz de Red Eléctrica, lo hará junto a Ecomar.

El delegado de Redeia ha recordado que el punto de partida es la experiencia previa del Bosque Marino desarrollado por Redeia en aguas de Pollença, que ha permitido recuperar ya dos hectáreas de posidonia con una metodología de recolección y plantado que, por su elevado nivel de supervivencia, se ha convertido en icono de innovación. «Ahora es el momento de escalar el proyecto a otras aguas y otras especies», ha afirmado Maynau.

Además, Maynau ha explicado que Red Eléctrica, en el desarrollo de sus infraestructuras de transporte de energía, actúa bajo la premisa de «mínima» o «nula afección» al medio marino. En este sentido , ha indicado que en el último enlace submarino construido entre Ibiza y Formentera, la afección a posidonia «ha sido cero».