Los contenidos en Internet y las redes sociales en ocasiones son «reproducciones de violencia sexista contra las mujeres». Una situación que, según la directora del Centro de Estudios de Conductas Adictivas (Cepca), Belén Alvite, refleja la brecha digital de género que se vive a través de las redes sociales y que afecta especialmente a las adolescentes cuando se habla de víctimas de delitos sexuales en Internet.
Estas declaraciones se apoyan en la Memoria Anual de la Fiscalía de Baleares del año 2023 en la que se establece que el 22,7 % de las chicas se ha sentido presionadas o chantajeadas para enviar contenidos sexuales frente al 7,7 % de los chicos. «Estos datos reflejan la brecha de género que tenemos en relación a las violencias machistas en redes sociales y, en general, en Internet. Son referencias que tenemos muy claras y bien identificadas desde hace varios años», destacó la profesional Belén Alvite a Periódico de Ibiza y Formentera.
En este sentido, subrayó que desde el Cepca llevan a cabo estudios cada cuatro años sobre el impacto de las redes sociales en los jóvenes. «Estos estudios se centran en cómo acceden a Internet, qué es lo que hacen, qué es lo que les gusta o a qué dedican el tiempo cuando están online. Si analizamos estos hábitos, vemos unas variaciones de género importantes», apuntaron desde el Cepca, resaltando que en estos estudios se observa que la sobreexposición de ellas en Internet es mayor y que son las víctimas más numerosas.
Pornografía
Al hablar de otro indicador dentro de esta Memoria Anual, como es el acceso a la pornografía por parte de los menores, Belén Alvite explicó que, aunque los datos son similares en relación a las edades de inicio, sí que aumentan exponencialmente las cifras referentes a los chicos cuando se habla de consumo diario.
«Los jóvenes, básicamente, son los únicos que son consumidores diarios de pornografía. Las chicas que acceden lo hacen, sobre todo, con otro objetivo como el aprendizaje sobre la mecánica de los actos sexuales», afirmó, lamentando que hay gente muy joven que se apoya en estas prácticas a la hora de iniciarse sexualmente. «Son actos agresivos, violentos y poco cariñosos. Tras ver pornografía, los chicos y las chicas sienten que tienen que cumplir unos estándares que no son reales porque la pornografía no tiene nada que ver con la sexualidad; son dos cosas que van por separado», agregó Alvite.
Agresiones sexuales
Respecto a las agresiones sexuales a menores y los 357 procedimientos incoados el año pasado, que fueron recogidos en esta Memoria Anual, manifestó que las víctimas de estas agresiones siguen siendo especialmente mujeres porque todavía no se ha dado la vuelta a esa cifra. «Esto no significa que no haya también hombres y chicos que sufren agresiones sexuales. Lo que pasa que cuando tratamos estas situaciones en chicos estamos hablando también de agresiones sexuales cometidas por otros hombres», explicó, recordando el primer estudio realizado por el Cepca en 2011 sobre abusos sexuales.
Un estudio que, según Belén Alvite, estableció un contexto en el que aparecieron las agresiones sexuales en un entorno más cercano y familiar en el que las víctimas eran, sobre todo, las mujeres. «En la mayoría de los casos, estos abusos son cometidos por gente conocida, gente del entorno de la familia o los propios familiares», apuntó Alvite.
También explicó que los datos de la Fiscalía en relación a los menores y las consecuencias negativas del uso problemático de Internet sólo hacen que constatar lo que desde el centro llevan tratando desde hace tiempo respecto a las redes sociales y la poca supervisión que existe actualmente por parte de algunas familias al considerar que las pantallas no generan peligro.
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