El origen de no pocos de los establecimientos hosteleros más veteranos de Ibiza está en el concepto de colmado. La palabra ‘colmado’ proviene del verbo ‘colmar’, que significa ‘llenar hasta el borde’.
De este modo, el término hace referencia a una tienda bien abastecida o repleta de productos, donde los clientes pueden encontrar de todo un poco. Alimentos, bebidas, productos de limpieza y, en algunos casos, incluso artículos de ferretería o productos del hogar. Pero también una barra donde tomar un vino, una cerveza o un vermut. Este es el espíritu que Tino Roble ha querido recuperar en pleno centro de Santa Eulària, en la Plaza del Cañón, en su Colmado Santa Eulalia.
Homenaje
«Es un homenaje a las pequeñas tiendas de la generación de mis abuelos, Edelmiro ‘Padrino’ y Carmina, en pueblos como el suyo, Senra de Omaña (León), de lo que ahora es la España vaciada, pero también de las de Ibiza, que tenían el mismo espíritu: el de esos lugares donde te comías esos bocadillos de cecina, de jamón o de chorizo con los que crecimos la gente de mi generación», explica Tino.
«Eran como un pequeño centro comercial a la antigua, donde la gente también se reunía para hablar de sus cosas y donde también se le ‘tomaba el pulso’ a la situación del pueblo», insiste Tino al describir las tiendas de antaño que han inspirado el carácter de su establecimiento.
Oferta
Roble tiene mucho cuidado a la hora de llenar las estanterías de su colmado con productos de primera calidad. «Mis proveedores son payeses como Toni ‘de sa Caseta’, que me trae todo tipo de fruta y verdura de su finca. También me trae sobrassada de su matanza, a la que siempre me invita». Como buen leonés, Tino ofrece en su colmado productos de su tierra: «Tenemos embutidos y quesos de León y de Galicia. También tenemos miel de allí, un producto totalmente natural, elaborado en los Picos de Europa, y que le encanta a la gente». De esta manera, con una oferta basada exclusivamente en platos fríos, Tino reconoce como estrella de la carta su «tabla mixta de quesos y embutidos».
El vermut, otro de los pilares del Colmado Santa Eulalia, también es un punto fuerte. «Es otra manera de recuperar lo tradicional de este tipo de establecimientos, con un vermut casero, además de todo tipo de marcas», comenta Tino. «Tal vez por eso, ya hay quien nos considera una vermutería».
Experiencia
La experiencia de Tino en la hostelería es amplia. Tras un pasado en su León natal «en locales de noche», hace tres décadas que llegó a Ibiza, donde siguió en el mundo nocturno trabajando durante 12 años en el Pereyra junto a Juangui y compañía. Con el cierre del Pereyra, en 2017 Roble regresó a León para montar una cervecería. Sin embargo, dos años más tarde decidió volver a Ibiza.
Con el argumento de la paternidad, Tino decidió que «se acabó el mundo de la noche», sin dejar de lado su oficio. «Vi un local vacío cerca de la guardería de mi hija durante la pandemia y me metí sin pensarlo demasiado», explica. Así, en plena crisis del covid-19, comenzó la reforma en octubre de 2020 y abrió las puertas en febrero de 2021.
A pesar de las restricciones iniciales, que limitaban el negocio a vender café para llevar, el Colmado comenzó a prosperar. Desde entonces, ha ampliado su equipo de trabajo. «Además de Yaira, que lleva tres años conmigo, y Andrés, que trabajaba conmigo en el Pereyra y viene a ayudarme durante la temporada, este año he contratado a Chelsy y Estefanía». El incremento de personal está directamente relacionado con el aumento de la clientela, que junta a vecinos y turistas en un ambiente acogedor.
Clientela
Clientes habituales del Colmado también destacan su experiencia en el local. Marga y Vicent, propietarios de una agencia de viajes puerta con puerta, comentan: «Venimos desde el primer día que abrió, solo tenemos que salir por la puerta para encontrarnos en la terraza del bar». A menudo disfrutan de una cerveza o un vermut después de cerrar su negocio: «Nos encanta venir después de cerrar para tomar una cerveza o un vermut y picar el jamón tan extraordinario que tienen».
Compartiendo mesa con ellos están Antonia y Pep, quienes, aunque viven en Cala Tarida, aprovechan para disfrutar de la buena compañía y el ambiente del Colmado. Pep recuerda que «antes era una tienda de ropa, Mayurka, donde venía siempre a comprarme los pantalones ‘Banda Roja’». Mientras tanto, Antonia comenta con una sonrisa: «Aunque vivimos en Cala Tarida, venimos a ver a Marga para reservar un viaje del Imserso, y ya que en Ibiza nos tienen discriminados, al menos aprovechamos para desayunar aquí para aliviarnos». Añade que es su primera visita, pero que seguramente repetirán, ya que «el café es delicioso».
A la mesa también se encuentran Pepita y Jordi, quienes, a pesar de residir en Sant Jordi, no dudan en visitar el Colmado siempre que pueden. Pepita recuerda con cariño la conexión de su familia con la plaza: «En esta plaza se está muy bien, hace más de 50 años que venimos, desde que mi cuñada tenía una tienda de ropa aquí».
Por su parte, Marie Ange, vecina de Santa Eulària, comenta que es una visitante diaria: «Vengo cada día, por la mañana y por la noche. Está justo en la plaza, con el pequeño parque infantil donde puedo ver a mi nieta Naila mientras estoy sentada en la mesa». Lo que más le atrae del lugar es que «en verano hay sombra y, en invierno, está resguardado del viento que hay en el paseo».
Finalmente, Yeimy López, otra vecina de Santa Eulària, destaca el ambiente del Colmado, que descubrió este mismo año: «El vermut casero que tienen es delicioso, además del café o de las tostadas que sirven». Para ella, siempre es un buen momento para visitar el local, por su «buen ambiente, buen producto y buen servicio».
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