Un trabajador, sobre un camión cisterna. | Alejandro Mellon

El Plan Hidrológico de las Islas Baleares establece en su artículo 64 que, a partir de 2027, «el máximo de pérdidas (de agua) admisibles en los abastecimientos urbanos existentes actuales no supere (…) el 17%». El mismo artículo fijaba para 2021 un porcentaje máximo del 25%. En los municipios de Ibiza y Formentera algunos ayuntamientos han conseguido ya situarse en lo previsto para dentro de tres años. Otros, por el contrario, están aún lejos de alcanzar lo fijado para 2021. Todos, sin embargo, aseguran que están destinando los recursos necesarios para poder cumplir lo indicado por el plan y evitar así unas pérdidas que no solo afectan al agua sino también a la energía necesaria para, por ejemplo, su desalación.

Sant Joan de Labritja Es el que mejores datos registra en esta cuestión. Si bien la Conselleria de Ciclo del Agua apunta que este consistorio acabó 2023 con unas pérdidas del 15% del agua suministrada, las cifras que maneja el concejal del área, Andrés Roig, son muy diferentes: «Estamos ahora mismo en una eficiencia del 93%, es decir, solo se pierde un 7% del agua suministrada. Además, Sant Joan es un municipio que consume la totalidad del agua desalada que se le asigna».
El truco para llegar a este nivel tan óptimo «no es otro que una inversión constante y continua en el sistema para evitar cualquier desperdicio», ha asegurado Roig. Para esto, además, ha sido fundamental la instalación del telecontrol, que permite detectar casi al momento cualquier fuga que se produzca en la red. «Por ejemplo», ha explicado el edil, «un colegio tiene que registrar un consumo cero en el fin de semana. Si no es así, puede que haya una cisterna que está mal y, al detectar al momento que hay un consumo, se puede intervenir rápidamente y evitar la fuga de agua».
Roig considera que, al igual que Sant Joan, «cualquier municipio puede llegar a este porcentaje tan bajo de desperdicio de agua». Y es que, en su opinión, es necesario que «cada uno cuente con un sistema adaptado a sus necesidades». Además, Sant Joan ha tomado otras decisiones que apurarán aún más las cifras como la municipalización del suministro de agua en el Port de Sant Miquel, que estará lista en breve. Solo falta construir el depósito regulador y, en cuanto esté preparado, «se empezará a suministrar agua desalada».

Sant Josep de sa Talaia Municipio que peores resultados registra según los últimos datos recopilados por la Dirección General de Recursos Hídricos del Govern es Sant Josep, que pierde el 31,54% del agua suministrada. De los 5,4 hectómetros cúbicos proporcionados a este municipio se pierden 1,7 y solo se consumen 3,7. Fuentes del Ayuntamiento gobernado por el popular Vicent Roig han asegurado sobre este problema que la situación se está reconduciendo: «Por primera vez en las últimas décadas, este verano hemos llegado al mes de agosto sin tener que poner en marcha agua de pozo para paliar la carencia de agua desalada. Esto ha sido posible gracias a que, también por primera vez, el equipo de Gobierno ha optado por gestionar el agua en el día a día en lugar de, por ejemplo, condenar a los vecinos de sa Caleta a consumir agua de pozo. Gracias a la ejecución de obras urgentes para mejora la red de suministro de agua en esta zona, los residentes han podido consumir agua de calidad y en mayor proporción».

Sant Antoni de Portmany En Sant Antoni, se pierde el 21,05% del agua suministrada, según el balance de la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua. En este caso, en 2023 se proporcionaron a la Villa de Portmany 2,99 hectómetros cúbicos de agua de los que se consumieron 2,29. Es decir, se perdió el 23,43% del agua suministrada. Fuentes del Ayuntamiento gobernado por Marcos Serra han explicado que «se ha estado invirtiendo en los últimos años en la instalación y renovación de la red de suministro de agua, con lo que se ha conseguido minimizar los escapes». Las mismas fuentes han señalado que «en estos momentos, el rendimiento hidráulico se encuentra alrededor del 90%, lo que sitúa a Sant Antoni entre los mejores de las Islas». A esto ha contribuido «la digitalización de la red de distribución, con la instalación de más de 1.600 contadores inteligentes». Una acción que, han añadido, «permite disponer de datos en tiempo real para la detección de cualquier anomalía».
No han sido estas las únicas medidas adoptadas en este municipio para lograr el máximo ahorro de agua. Y es que el Consistorio tiene ya aprobados inicialmente los planes de Gestión Sostenible del Agua y de Emergencia ante Situaciones de Sequía, «con los que establece una dinámica de actuación sostenible con este recurso hídrico, además de prevenir posibles escenarios futuros de sequía».

Eivissa En Vila, la pérdida de agua en 2023 fue del 21,17%. De los 5,3 hectómetros cúbicos de agua proporcionados a la capital ibicenca, se consumieron 4,1 y fueron a parar al mar 1,1 hectómetros cúbicos. El concejal de Medio Ambiente, Jordi Grivé, ha asegurado que, en lo que va de 2024, el porcentaje ha descendido y ronda el 18%. Sin embargo, Grivé admite que es necesario ir más allá y, en este sentido, ha recordado que la nueva contrata del agua será crucial: «Habrá una inversión muy importante en separación de pluviales y fecales y, además, se renovará la red de abastecimiento y se ampliará el telecontrol del consumo precisamente para evitar al máximo estas fugas de agua porque el control será mucho más al detalle». Cuatro empresas se han presentado a esta adjudicación y, en estos momentos, se está a la espera de la resolución sobre la impugnación de los pliegos que realizado una de ellas.
Grivé ha explicado que se trazarán «más sectores y más pequeños», lo que permitirá detectar antes y con más concreción el lugar en el que se está perdiendo agua, lo que facilitará las intervenciones. De cualquier manera, el edil ha dejado claro que ahora mismo el Consistorio se está volcando en el control de estas pérdidas de agua con los recursos con los que cuenta. «Con la nueva contrata», ha abundado, «se notarán mucho estas intervenciones pero eso no quiere decir que ahora no estemos encima del problema».

Formentera

Los datos de Formentera, finalmente, son también positivos. Sobre todo teniendo en cuenta que, en dos décadas, ha pasado de un desperdicio del 28,4% (2020) del agua suministrada a otro del 15% en 2023. Fuentes del Consell formenterés han explicado que «como municipio, Formentera tiene una red muy eficiente». «Hay municipios como Ibiza, que tenían más del 50% de pérdidas en la red y nosotros estamos cercanos al 90% de eficiencia», han añadido las mismas fuentes, «durante este verano Aqualia ha hecho actuaciones como la contratación de personal que iba por las calles con equipos para monitorizar y buscar en el subsuelo posibles fugas, repararlas y reducir el consumo. Toda nuestra red está con telecontrol y cada usuario tiene un contador eléctrico. Esto significa que, si hay una alarma, se avisa al usuario de que hay una avería y un consumo anormal. Además, hemos ajustado también el consumo de agua en temas como el riego de caminos o los baldeos. Agua de consumo hay porque nosotros no dependemos del subsuelo sino del agua desalada».