La víctima, Juan Torres Serra alias ‘El Pirata’, continúa ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Son Espases, con pronóstico muy grave. Presenta múltiples cortes y heridas en el cuerpo, que los desconocidos le provocaron con un hacha y un objeto cortante.
Un aviso
Los investigadores creen que se trató de «un aviso» para que el delincuente, que vivía en la finca de Antonio Llabrés tras la extraña desaparición de éste, dejara la propiedad, tras cuatro años de supuesta ocupación. Tras ‘esfumarse’ el propietario, Juan Torres esgrimió un documento firmado por el otro en el que le autorizaba a vivir en la propiedad del camino de Biniagual, en el término de Binissalem.
En 2020, la última vez fue Llabrés puedo contactar con su familia les contó que estaba «atado» y segundos después se cortó la comunicación. Nunca más se supo de él y a pesar de que Juan Torres fue detenido por el asesinato, como no apareció el cuerpo quedó en libertad. Paradójicamente, había hecho lo mismo 25 años atrás con otros tres varones de Ibiza, con los que vivió o tuvo relación durante un tiempo. En todos los casos, Torres siempre obtenía la casa del desaparecido.
Los tres intrusos que a primera hora del viernes entraron en la finca de Binissalem sabían muy bien a dónde iban. Ataron al sexagenario a la cama y durante unos 45 minutos lo torturaron de forma salvaje. Torres perdió una gran cantidad de sangre y cuando pudo pedir ayuda se encontraba casi inconsciente, con cortes y golpes en el rostro y otras partes del cuerpo, especialmente en los brazos. Los supuestos sicarios se ensañaron con él.
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