Instalaciones de la nueva depuradora de Ibiza, situada en sa Coma. | Irene Arango

Cinco asociaciones vecinales cercanas a Sant Rafel denunciaron este miércoles los malos olores que una instalación todavía por estrenar como la nueva depuradora de Ibiza está ya provocando. Según sopla el viento, la peste puede llegar a afectar a un área de 20 kilómetros cuadrados.

Los vecinos criticaron que en la carretera de Sant Antoni, una de las más transitadas por los turistas, este tufo es cada vez más habitual. «Hay olor de mierda vayas donde vayas», manifestaron.

Uno de estos ciudadanos, Pere Joan, lamentó este miércoles que les habían asegurado que la nueva EDAR es una depuradora de «tercera generación», aunque por el momento sólo pueden calificar como «negativo» este ambicioso proyecto.

Según criticó, en ocasiones la peste se adentra en el valle des Fornàs invadiendo hasta cuatro kilómetros de superficie, por no decir cuando por la noche el desagradable olor se nota por toda la carretera de Sant Antoni y la zona del Hipercentro «dejando un ambiente que no se puede ni respirar».

Pere Joan señaló que fue en junio cuando comenzaron a notar estas molestias, también por todos los puntos donde se han instalado conductos.

«Pedimos que a la hora de licitar, no quieran ir de rebajas y realicen la aportación necesaria para garantizar que la depuradora tiene tratamientos para evitar los malos olores», afirmó.

El portavoz lamentó que este nuevo problema se suma a otros que empeoran la calidad de vida de los residentes en estos enclaves, recordando también las dificultades de convivencia con las salas de fiesta, una situación que han vuelto a sufrir este verano.

«Es hasta deprimente si a esta contaminación acústica y lumínica, la amenaza de una cantera o una planta asfáltica, ahora se le suma este mal olor», afirmó.

Escrito

En un documento suscrito por hasta cinco asociaciones vecinales de la zona de Sant Rafel, los firmantes exponen al Consell cómo desde el principio no han ocultado su preocupación por «la depuradora más grande de Baleares», incrustada en un entorno ANEI (Área Natural de Especial Interés).

Según explican los residentes en la Vénda des Fornàs; Sant Rafel, Can Llaudis, Can Nebot y de Es Puig des Planells, nunca han podido entender la ubicación de esta infraestructura «contra todo pronóstico técnico, sino por conveniencias y oportunismos políticos» que comenzaron cuando Pere Palau, en su mandato como presidente de la máxima institución, adquirió a Vicent Bufí una porción de la finca conocida como ‘Es Collet’ para la ubicación de la nueva EDAR, aunque después el solar fue descartado a favor de Sa Coma, aseguran estos ciudadanos en el escrito.

Los vecinos reiteran que ante los presidentes insulares posteriores denunciaron también el «grave error» que se estaba cometiendo y los problemas que la depuradora generaría «y a la vista está que no nos equivocamos». Entre otras incidencias, en el escrito se refieren a los retrasos provocados por los restos arqueológicos hallados durante las obras o incluso recuerdan que la estación se ha cobrado una vida, en relación al accidente laboral registrado recientemente en la zona.

Los vecinos insisten en que el proyecto elegido era la opción «más cara» y difícil de ejecutar y exigen al presidente insular Vicent Marí «que vele por garantizar su calidad de vida», vigilando que no se acepten licitaciones a la baja si no se ofrecen garantías de poder aplicar los tratamientos necesarios biológicos e incluso químicos para asegurar una actividad aséptica para los residentes.

«Si se escogió la opción más cara, ahora no podemos ir de rebajas», afirman.

También exigen que el personal esté «altamente cualificado» para el ejercicio de sus funciones. Los vecinos piden a Marí que «no se deje morir la depuradora de Vila» al poder necesitarse en el futuro ante la dudosa eficiencia y buen funcionamiento de la nueva estación.

«Que este crecimiento equilibrado con la sostenibilidad tenga su primera expresión en la calidad de vida de los ciudadanos, con todos sus derechos básicos y estructurales», concluyen las asociaciones.

Desde el Consell, Govern balear y Gobierno central evitaron este miércoles valorar el escrito y las peticiones de estos vecinos.