Denuncian que el nuevo acceso a la terminal no alivia la congestión viaria en el aeropuerto de Ibiza. | ARGUI ESCANDON

Los taxis intentan avanzar inmersos en un auténtico enjambre de vehículos mientras los autobuses de línea esperan para poder salir e irse a recoger a nuevos pasajeros en la parada de llegadas. Por el otro lado, en el carril de entrada al acceso de los parkings, ya sea el de kiss and fly o el regular, la cola de coches se extiende durante metros. Es una tarde de agosto, en plena temporada turística en uno de los aeropuertos más transitados de España -el quinto de todo el estado durante el agosto del año pasado-, y la infraestructura no parece estar preparada para dar cabida a semejante volumen de tránsito de personas y vehículos.

Este mismo mes el aeropuerto de Ibiza estrenaba un nuevo carril de acceso, desde la carretera que viene de Sa Caleta y que da acceso al tráfico proveniente de la carretera de Sant Josep. En su momento, la gerencia de AENA resaltaba que esta nueva entrada «permitiría un acceso directo a la carretera del aeropuerto desde el vial procedente del sur (Carrer del Àngel), aliviando así el tráfico de entrada a la glorieta de La Ponderosa y reduciendo la congestión del resto de viales».

Sin embargo, esta medida parece ser completamente insuficiente para aliviar la congestión que vive el aeropuerto en los momentos picos de la temporada. Así lo deja entrever la imagen que cualquiera puede observar si se acerca hasta la terminal pero que, confirma de manera categórica la opinión prácticamente unánime de los empleados que circulan de manera prácticamente diaria por esos carriles.

Pese a que se haya habilitado una nueva entrada en cuanto al acceso, que como ya se ha mencionado solo da acceso a quienes acuden desde Sant Josep -siendo mayoría los que llegan desde la carretera del Aeropuerto-, el gran punto de atasco sigue produciéndose al abandonar la terminal. En un solo punto confluyen tanto la salida de los parkings con los vehículos de transporte público como los transportes privados. Y es ahí donde se producen la mayoría de las largas colas y las interminables esperas.

En primer lugar se manifiestan quienes, de manera más frecuente, acuden a esta terminal, los taxistas. De esta manera, Lolo, comenta que «la nueva entrada no ha servido para nada», ya que los atascos se producen en su inmensa mayoría a la llegada en el otro sentido desde Ibiza. «Como taxistas no nos ha facilitado, algo ayuda cuando vienes en ese sentido, pero la retención que se formaba ahí era leve», añade, para concluir diciendo que el nuevo vial «no ha ayudado ni en uno por ciento.

Otro de los habituales de la terminal son los autobuses de línea, de los cuales llegan hasta la terminal cuatro líneas regulares. José María Cardona, gerente de Alsa en Ibiza y Formentera, comenta respecto los atascos que se forman en los carriles del aeropuerto que los autobuses «pueden tardar de manera frecuente hasta quince minutos en recorrer los 400 metros que van desde donde descargamos en salida hasta la primera de las paradas en llegadas».

Respecto a la nueva vía de acceso al aeropuerto Cardona comenta que «apenas ha servido para nada». En cuanto a una posible solución para esta problemática, comenta que lo que debería de existir es «una auténtica doble circulación», donde no se mezclara la circulación de la salida de los coches de alquiler con el resto. Bajo su opinión, se debería habilitar una salida directamente desde el estacionamiento para los usuarios de estos Rent a Car.

De una manera muy similar se manifiestan los autobuses propios de las touroperadoras u otras empresas privadas. Mientras esperan para salir a hacer un nuevo viaje, uno de los conductores explica que «hay tapones prácticamente todos los días para salir» y que el nuevo acceso no ha servido. La salida además «se queda pequeña» para autobuses de hasta doce metros.

Junto a él, dos de sus compañeras dan su opinión, en un sentido muy similar: «el problema es saliendo de aquí o viniendo de Ibiza, desde San José no hay problema ninguno». Respecto a las posibles soluciones, comentan que «se tendría que dividir el tráfico», por el carril hasta la terminal privada autobuses y taxis y, por otro lado, coches de alquiler y todo aquel que acuda a recoger o dejar a alguien.