El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, en la capilla de Sant Ciriac. | Moisés Copa

Decenas de abanicos en movimiento aleteaban a las puertas de la Catedral del Ibiza mientras la Banda de Música Ciutat d’Eivissa ofrecía su concierto en la plaza con motivo de la fiesta del Vuit d’Agost, día del patrón de la ciudad de Ibiza Sant Ciriac. Un mártir cristiano que ayer se sintió arropado especialmente por las autoridades políticas, pero menos por los vecinos de Ibiza. Esta realidad se constató, sobre todo, dentro de la Catedral: mientras otros años la parte trasera del templo estaba tan abarrotada que algunos fieles tenían que quedarse de pie, ayer este espacio y las entradas laterales, que están cerca de los bancos de la Iglesia, estaban totalmente libres.

«Mucha gente no ha venido como consecuencia de este calor insoportable», destacó una vecina, mientras se daba aire con el abanico dentro de estas murallas renacentistas. No obstante, aunque la presencia se redujo en comparación a otros años, los fieles congregados vivieron con mucha devoción la misa en honor a Sant Ciriac, que empezó con la entrada de un grupo abundante de canónigos entre el humo del incienso. Tras esta agrupación, la presencia del obispo de Ibiza, Vicent Ribas, y el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent Vidal, acaparó todas las miradas. Todos ellos llegaron hasta el altar de la Catedral de Ibiza con una amplia sonrisa que dedicaron a los devotos y a las autoridades políticas que estaban sentadas en las primeras filas de la Iglesia. Entre ellas, el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, y el vicepresidente del Govern balear, Toni Costa, como representante del Ejecutivo autonómico.

Eucaristía

Tras varias intervenciones de algunos cardenales, el arzobispo de València, Enrique Benavent, presidió la plegaria eucarística durante esta misa en honor al patrón de Vila. Lo hizo con solemnidad, sin dejar de contemplar durante su homilía la majestuosidad de la Catedral de Ibiza. «Los cristianos deben dar testimonio de su fe como autenticidad devota», destacó Enrique Benavent, haciendo hincapié en que la situación actual que vive el cristianismo obliga a los devotos a demostrar y justificar en qué consiste esta razón de la esperanza. «No son los no creyentes los que deben aportar una explicación sino los cristianos; nosotros debemos justificar esta creencia y razonar sobre la fe», prosiguió el arzobispo de Valencia, lamentando que desde hace tiempo la no creencia se considera como algo «normal» dentro de la sociedad. Al respecto, ejemplificó cómo el mártir cristiano Sant Ciriac dio testimonio de su fe, aceptando un sufrimiento por la verdad el día de su martirio.

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Junto a Benavent estaba el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Ribas, quien agradeció al arzobispo de València esta homilía en la misa en honor a Sant Ciriac. «Le pedí el año pasado a Enrique Benavent esta plegaria eucarística, pero no pudo ser. Afortunadamente esta temporada ha podido venir a Ibiza, su casa», destacó Vicente Prats, mientras ponía en valor la celebración de los 25 años de la declaración de Ibiza como Patrimonio Mundial por parte de la Unesco y la majestuosidad de la Catedral de Ibiza tras su restauración. Después de esta homilía tan especial, se continuó con la rememoración de la figura de Sant Ciriac con una procesión por las calles de Dalt Vila, la cual se detuvo en el santuario en honor al patrón. Justo por este enclave, cuenta la leyenda, entraron las tropas catalanas el 8 de agosto de 1235.

Homenaje

La siguiente parada de esta procesión tuvo lugar en el monumento a Guillem de Montgrí, el arzobispo de Tarragona que lideró las tropas catalanas en la conquista de Ibiza en 1235 en nombre de Jaume I y frente a los musulmanes. Decenas de personas se colocaron en torno a la estatua del que fue arzobispo de Tarragona mientras las autoridades realizaban una ofrenda floral durante este acto de homenaje. De esta manera, Ibiza celebró ayer este hito histórico por parte de Guillem de Montgrí.

«Este homenaje y la procesión de Sant Ciriac son actos especiales que nunca me quiero perder», explicó un vecino de Ibiza minutos antes de la actuación de la colla de ball pagès formada por miembros de los grupos folklóricos de la Federació de Colles de Ball y Cultura Popular d’Eivissa. Tras esta actuación, tuvo lugar el discurso del presidente del Consell, Vicent Marí, y la interpretación de ‘Roqueta sa meua roca’, cantada por el Cor Amics de sa Música, en el claustro del antiguo Ayuntamiento de Ibiza. Ya por la tarde, llegó uno de los actos más esperados por los residentes: la berenada popular en Puig des Molins y los fuegos artificiales.