Una de las preocupaciones de las que se habló en la reunión es el tema de las tarifas tanto de los amarres como de los locales de las marinas que deben pagar las empresas de Formentera a los concesionarios, precios que vienen supeditados a que en los concursos de la APB la oferta económica es la que prima a la hora de obtener una concesión.
El presidente de la APB recalcó, tal y como lo hizo en el consejo de navegación del pasado diciembre, que no iban a cometer errores del pasado y que en la otorgamiento de una concesión se debe valorar más la inversión que se está dispuesto a hacer en un puerto que el canon que se ofrece de pago a la APB. Javier Sanz se comprometió a esto enérgicamente, al igual que a que la concesión sería entre 15 y 25 años.
Desde el sector, se pidió además que en las bases del concurso se reflejase un precio regulado e igual para los amarres de chárter náutico y que se respetase la antigüedad de las empresas a pesar del posible cambio de manos de una concesión. Además, también se pidió que se respetasen los amarres base en vigor.
En cuanto a la reordenación del puerto, se habló del error que supuso el traslado de las golondrinas de excursiones y que se debe volver al aprovechamiento de los espejos de agua como se venia haciendo durante años en Formentera y que de la noche a la mañana la Autoridad Portuaria dejó de hacer en el puerto de La Savina. El presidente de la APB mostró su conformidad en este aspecto.
También se habló de la falta de aparcamiento dado por la segunda fase de remodelación del puerto en el que se quitaron muchas plazas, convirtiéndolo en un lugar poco accesible tanto a turistas como a la ciudadanía de Formentera.
Por último, se preguntó directamente si los próximos concursos irían destinados a que en el puerto de Formentera hubiese una o dos marinas, a lo cual la APB respondió que aún no lo tenían decidido.
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