La nueva zona azul de Sant Jordi. | Alejandro Mellon

Una imagen insólita en el pueblo de Sant Jordi: más de 15 plazas vacías en el aparcamiento de la Plaça Major en pleno julio. Esta estampa es la que se observó ayer durante la segunda jornada de control de la nueva zona azul en este pueblo de Sant Josep.

Una novedosa situación que confundió a algunos conductores al no encontrar la máquina expendedora para poder pagar el ticket de la ORA. «No encuentro la máquina para colocar el ticket», señaló Borja, un vecino de Sant Antoni que se dirigía a comer al Restaurante Can Sala con su familia.

Tras varios minutos de incertidumbre, otro hombre le explicó que tenía que dejar un papel visible a través del parabrisas del vehículo­ – indicando la hora de estacionamiento – o acceder a la Oficina municipal de Sant Jordi para recoger uno de los relojes de control de tiempo repartidos en estas dependencias. Finalmente optó por colocar en el salpicadero este reloj con la hora inicial de aparcamiento, cuya duración gratuita en esta nueva zona azul, gestionada por agentes de la ORA, es de dos horas.

«Considero que es una medida muy buena para regular el estacionamiento en el núcleo del pueblo, pero a los clientes y a los trabajadores de Sant Jordi nos deberían dar una tarjeta de residente que nos autorice a estacionar aquí sin necesidad de ticket», afirmó Joan, un vecino de la zona, resaltando que estas personas son las más perjudicadas por la implantación de esta zona azul, ya que muchos de los vecinos que viven en las calles colindantes de la Plaça Major tienen parking privado.

Muchos días aparcados

Muy cerca de este hombre estaba José Antonio Guasch, copropietario del Restaurante Can Sala, uno de los negocios emblemáticos de Sant Jordi. «Me parece bien esta medida porque este aparcamiento se había convertido en el parking del aeropuerto; estaba siempre lleno de coches, especialmente durante un puente festivo», precisó este profesional.

En este sentido, indicó que muchos conductores dejaban estacionado su vehículo en el aparcamiento de la Plaça Major desde el miércoles hasta el domingo, que es cuando regresaban del viaje.

No obstante, sí que reconoció ayer que hay trabajadores del pueblo que se han visto afectados por esta medida porque, según precisó, no hay una «alternativa» de aparcamiento similar en Sant Jordi. «Están los parkings de tierra como el que tenemos enfrente del CEIP Sant Jordi, que tiene muchas plazas, pero luego están los aparcamientos disuasorios junto al hipódromo que ya se encuentran más alejados del pueblo», apuntó.

En esta misma línea, explicó que hay vecinos de la zona que también utilizaban este aparcamiento de la Plaça Major porque hay varias plantas bajas que no tienen un espacio y, por lo tanto, los vecinos «no pueden meter su vehículo y dejan su coche en la calle». En relación a la clientela de los locales de la zona, José Antonio Guasch destacó que esta medida puede beneficiar a los negocios porque los clientes tienen dos horas gratuitas de aparcamiento en esta zona azul antes de mover su vehículo de lugar.
Rotación de vehículos

Por su parte desde el Ayuntamiento de Sant Josep explicaron ayer que el objetivo de esta medida es «potenciar la rotación de vehículos para evitar que estos coches ocupen las plazas durante periodos prolongados de tiempo». Además, también indicaron que esta zona azul impedirá que se utilice este estacionamiento como parking del aeropuerto, ya que, según informaron, «entre otras prácticas se ha detectado a muchos conductores que dejan su coche en el núcleo de Sant Jordi durante días para ir al aeropuerto y eso deriva en problemas de aparcamiento para residentes».

No obstante, pese a toda la información municipal ofrecida por el Ayuntamiento, continúan las dudas respecto a las horas de utilización y la gratuidad del servicio. Esto ocasionó que el alcalde de la localidad, Vicent Roig, contestara estas cuestiones vecinales a través de las redes sociales. «La zona azul seguirá siendo gratuita, tanto ahora como cuando haya las máquinas expendedoras de tickets», destacó.

El alcalde del municipio también señaló la presencia de controladores y la obligación de mover el vehículo tras las dos horas gratuitas. «Recordad que a 600 metros hay dos parkings disuasorios sin restricciones», concluyó.