El presidente de la Federación Insular del Taxi de la Isla de Ibiza (FITIE), Antoni Roig. | Irene Arango

Presidente desde hace unos meses de la Federación Insular del Taxi de la Isla de Ibiza (FITIE), Antoni Roig (Ibiza, 1975) reclama a las instituciones que escuchen al sector y atiendan peticiones como la creación de un área de prestación conjunta.

—¿Ha supuesto un gran cambio asumir la presidencia en la Federación?

—El trabajo consiste en una labor de representatividad y de velar por los derechos del colectivo. En 1995 comencé a trabajar con mi padre, por lo que puedo decir que esta actividad la tengo inyectada en vena. A partir del 2009, después de trabajar codo a codo con él, el Ayuntamiento de Santa Eulària me concedió una licencia y ese mismo año me convertí en presidente de la asociación de la localidad, por lo que entré a formar parte de una directiva. Desde el primer momento, mis predecesores y compañeros ya me advirtieron de que nunca esperara agradecimientos, sino todo lo contrario. La gente, normalmente, viene a quejarse y a decir que esto o lo otro lo podríamos hacer mejor, pero es algo que tengo más que asimilado. Es un orgullo para mí ostentar el cargo de presidente de la Federación. Intento que haya mucho consenso entre los representantes de los cinco municipios, alcanzando todos los acuerdos posibles a la hora de plantear ciertas peticiones y, actualmente, hay muy buena sintonía entre las directivas que conforman la Federación.

—¿Qué recorrido tiene la Federación Insular que preside?

—Se puso en marcha hace años a través de las asociaciones de Sant Josep, Vila y Sant Antoni e inicialmente sólo se dedicaba a lo que era la gestión del sistema de GPS. Por aquel entonces, los municipios de Santa Eulària y Sant Joan eran gestionados por una empresa externa que estaba en esta última localidad. De alguna manera, sin embargo, esto implicaba que el servicio no fuera único. Al final, y como mérito del propio colectivo, las asociaciones de Santa Eulària y Sant Joan decidieron dejar de recibir los servicios en su central y todos nos unificamos.

—¿Qué puede decir sobre el momento actual que atraviesa su sector?

—Sinceramente, es un periodo importante y resaltaría que el colectivo, ahora más que nunca, debe estar unido y hacer valer sus derechos reivindicando esta unión. Pedimos que esta unidad también se vea en las administraciones y aquí entra la necesidad de contar con una regulación insular que nos englobe a todos. A pesar de saber que somos un servicio municipal, no tiene sentido que en un territorio como Ibiza, por su dimensión y por la demanda que registramos en determinados momentos del año, ello no se traduzca en un paso más allá si el colectivo está unificado y los ayuntamientos ven bien que haya esta interacción. Hace mucho tiempo que reclamamos la creación de un ente supramunicipal que plantee normativas para la futura área de prestación conjunta. En 2009 ya deseaba ver al colectivo más unificado sin estar sometido a estos criterios municipales.

—¿Y por qué después de tanto tiempo todavía no han conseguido esta área conjunta?

—Yo diría que, por parte de algunas entidades locales, existe un silencio administrativo, un dejar pasar el tiempo. Además, la normativa procedente de la Comunidad Autónoma no permite este silencio. Por ello, pediría a los ayuntamientos que no tengan miedo y nos escuchen. El colectivo lo que pide es un área de prestación conjunta. Ya que los consistorios dieron este medio paso hace 20 años, demos el paso entero y creemos un órgano que gestione y regule, en función de los meses del año, cómo y de qué manera se desarrolla el trabajo o cómo se afronta la figura de los estacionales. Hay muchos sectores unificados bajo una misma gestión y el del taxi puede ser uno más porque hace tiempo que pedimos esta figura. No queremos que los ayuntamientos dejen de ser lo que son o que se olviden de sus servicios de taxi. Al contrario, lo que no puede ser es que ellos sigan decidiendo unilateralmente sobre sus necesidades, viendo cada uno su realidad, pero que después el colectivo, de manera conjunta, deba afrontar sus decisiones. Siempre será más realista un solo estudio sobre Ibiza y es imperioso que las necesidades de un consistorio, ya que al final se cubren con licencias de otro municipio, tengan en cuenta al resto de localidades. Ahora coexisten las cinco normativas municipales y la insular, con lo que a veces se ocasionan serias diferencias causando tensión entre un colectivo que va a una.

—Insiste en que el futuro debe estar bajo esa misma regulación.

—Sí y todo tras muchas reuniones y haber entendido que, por la realidad actual, no podemos contemplar un futuro sin estar bajo un mismo marco normativo y sin poder vernos como un solo grupo o equipo. Si el colectivo lo defiende, qué problema tiene la Administración local ibicenca en dar el paso grande. ¿Por qué no se sabe a día de hoy lo que quiere hacer Sant Josep o Sant Antoni en relación al área de prestación conjunta?. Sus asociaciones, a las que represento, es lo que defienden pero, si no puede ser por algún motivo, que lo digan porque lo que no puede pasar es seguir perdiendo el tiempo y no saber hacia dónde vamos. Este año terminan las prórrogas de los planes de las estacionales y de cara a 2025 seguro que surgen necesidades sobre cómo afrontar el verano con la ayuda de estas licencias, pues hablemos ya y planifiquemos todas estas cosas. Si finalmente no se crea esta área de prestación conjunta, nosotros lo lamentaremos mucho porque además es una figura muy sencilla y que simplificaría mucho el cumplimiento de la normativa y su regulación. Ello ayudaría al aprovechamiento de recursos, que no son otra cosa que las licencias de taxi. Si las administraciones no entienden que ello debe afrontarse de manera colectiva y con una mejor regulación, mal vamos.

«Pediría a los ayuntamientos que no tengan miedo y nos escuchen. El colectivo del taxi lo que pide es un área de prestación conjunta»
El presidente de la Federación Insular del Taxi de la Isla de Ibiza (FITIE), Antoni Roig.
Foto: Irene Arango

—¿La orden de carga y descarga ha creado algún tipo de conflicto en el sector?

—Es algo que se arrastra desde que el colectivo trabaja conjuntamente y a veces es inevitable dependiendo, cómo depende, de nuestro buen hacer. La norma actual sobre carga y descarga es muy fácil de entender y es muy clara porque queda bien plasmado cuándo un taxi fuera de su municipio puede incorporarse a prestar el servicio. Una minoría puede entender a su conveniencia la norma, pero si se quiere ofrecer el mejor servicio no da pie a demasiados conflictos.

—¿El sector se siente bien valorado en estos momentos?

—Sobre lo que la opinión pública piense en general, como presidente, le doy importancia a la crítica cuando es constructiva. Entiendo que muchas veces somos un gremio y un colectivo muy difícil, con una imagen que puede quedar marcada por una sola persona o por un determinado momento. Siempre digo que por una oveja negra, no todas lo son. Las opiniones son opiniones y las respeto. Cuando son críticas constructivas, si aportan algo positivo, siempre intentaré resolverlas.

—¿Actualmente se puede decir que Ibiza oferta un buen servicio de taxi?

—Diría que se ofrece un buen servicio, aunque siempre puede mejorarse. No creo que haya ningún punto de la isla que, salvo excepciones, registre tiempos de espera excesivos, más allá de 15 o 20 minutos de demora. Se está ofreciendo el mejor servicio que podemos dar, aunque siempre se pueda mejorar. Las paradas, en la mayoría de las horas del día, están atendidas por taxis y estamos disponibles en la calle, además de a través de diferentes sistemas.

—Una temporada más hay que hablar del intrusismo y de si se hace bastante para combatir a los ‘piratas’.

—Podemos asumir que los medios en la isla son los que son. Hablando de críticas constructivas, hemos pedido que, si a través de las administraciones insulares o de las policías locales o nacionales no hay suficientes medios, que se dirijan al Govern y se intenten aportar más recursos para erradicar esta lacra. Es un tema muy importante que no sólo afecta a mi colectivo. También es un tema de imagen y, si no hay suficientes medios, hay que buscarlos. Son necesarios más controles y más personal para que estos controles se incrementen, favoreciendo terminar con este problema.

—¿La llegada de las plataformas les ha afectado tanto como se esperaba?

—La situación de Uber, quien no la conozca, que se informe y mire qué ha provocado en otros territorios. Estas grandes plataformas especulan al máximo con los precios. La isla tiene una capacidad determinada y entendemos que el porcentaje de servicios que ahora desarrollan no es muy grande, pero todo lo que absorben estas plataformas no es ejercido ni por nuestro colectivo ni por una VTC tradicional. Tampoco es trabajo que recaiga sobre el transporte público oficial u otras empresas tradicionales. Por tanto, algo se debe notar.