El Passeig de la Mar está al lado del muelle. | Moisés Copa

Nada más llegar a Sant Antoni lo primero que uno se topa es el famoso huevo de Colón. De ahí comienza una de las zonas más transitadas de la localidad: el Passeig de la Mar, colindante con el famoso Passeig de ses Fonts. En este paseo, que abarca hasta el puerto, se pueden encontrar varios puestos de venta de tiquets de barcas, un quiosco y varios negocios que animan un más el lugar. No hay olvidar que aquí se encuentra el Club Nàutic d e Sant Antoni y el Consistorio.

Este paseo puede ser un punto de encuentro entre turistas y residentes de la zona, ya que sus calles de alrededor se dirigen a distintos puntos de la localidad. Entre las transeúntes de la zona está Jairo Sánchez, quien vive en Vila, pero que tiene que venir con frecuencia a Sant Antoni por trabajo. Y tiene claro lo que le recuerda esta zona: «motos de agua, la verdad».

Y los extranjeros afincados en la isla también tienen su opinión sobre este paseo. «Todos hablan mal de Sant Antoni, pero a mí me gusta más que la ciudad. Ha mejorado mucho», sentencia Alfredo Wagner, un alemán que lleva medio siglo en la isla. Otro de estos afincados en Ibiza es Basilio, un sevillano que lleva aquí desde hace 60 años y cuenta que cuando él llegó no existía este paseo, sino que el agua llegaba hasta los bares que hay en el Passeig de ses Fonts.

Calor, gente y aparcar

Por otra parte, Paola Nadín es de Sant Antoni y lleva trabajando en este paseo desde hace siete años vendiendo tiquets para los barcos. «Lo primero en lo que pienso es en el calor y la gente», cuenta Nadín, quien afirma que le encanta todo el puerto con los barcos que hay ubicados frente estos pequeños establecimientos. Otro local de Sant Antoni es Francisco García y explica que la zona no ha cambiado en los últimos años, puesto que no hay más aparcamiento. «En lo primero que pienso es en que pongan las máquinas para que la gente mueva los vehículos, porque la gente no mueve los coches y la gente no puede aparcar. Esto es malo para el puerto y los negocios que viven de él», reivindica García.

En este paseo no falta un kiosko, donde trabaja la portmanyina Sonia Ramón, quien cree que este lugar se ha vuelto ruidoso y que ha habido cambios tanto a mejor, como a pero, a lo largo de los años y dependiendo de la temporada.
«Soy de Argentina, pero vine hace un mes a la isla a hacer la temporada», explica Patricio Melo, quien añade que es la primera vez que está en Ibiza y tiene comentarios positivos sobre la zona, pues cree que es un lugar «bonito» y con «bastante buen ambiente». En cambio, Gustavo Flores es colombiano, pero lleva 24 años en España, de los cuales dos está en Ibiza. Flores afirma que le gusta el paseo y que las palmeras son lo que lo identifican.

Trabajo y paseo

Muchas personas vienen al Passeig de la Mar a trabajar, incluso de fuera de Sant Antoni, como es el caso de Juan Carlos Sanchis, un hombre de Sant Rafel que trabaja en los distintos puertos de la isla y a veces le toca venir a la localidad. Y lo que le recuerda a este paseo es lo siguiente: «es imposible aparcar». Asimismo, la gente no viene a trabajar, sino a pasear, como Jose, que con frecuencia sube desde Vila hasta la zona.
«Pienso que Ibiza es precioso. Llevo viniendo desde que tenía 18, pero viene también a los 15 y me encanta», afirma A.G, quien tan joven aprecia los rincones de la isla, así como este paseo. Su única pega es el tráfico de drogas que se hace por la zona. Algo que también piensa Allan Dan, que lleva viniendo desde hace 24 años: «lo que ha cambiado es que ha venido mucha gente borracha y son molestos. También es un problema los vendedores ambulantes de sustancias».