Un vehículo de la Policía Nacional. | Archivo

Tras una semanas de gran preocupación entre los comerciantes y vecinos del puerto de Ibiza y del barrio de La Marina, «las cosas comienzan a calmarse». Así lo ha expresado el presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes del puerto, Joaquín Manuel Senén, tras mantener este martes una reunión con miembros de la Policía Nacional para hablar de la situación de inseguridad que viven estos barrios. Una situación que se agravó días atrás por la presencia de tres hombres que, además de varios hurtos en comercios, habían aterrorizado a los comerciantes por cometer varias agresiones.

Senén ha afirmado que ahora la situación está «más tranquila». Una tranquilidad a la que ha contribuido el cierre del callejón que conecta la calle de Enmig y el barrio de Sa Penya, según ha explicado. Este callejón fue cerrado por primera vez a finales de los años 90, tras las numerosas protestas de los residentes y establecimientos de la zona, en la que entonces había graves problemas de inseguridad por el elevado número de yonkis que utilizaban esta vía para ir a Sa Penya. El callejón fue reabierto hace algunos años por el socialista Pep Tur, a pesar de las quejas de los afectados, que vieron cómo la inseguridad volvía a instalarse en el barrio. Ahora, tras registrarse varios sucesos de cierta gravedad, el Consistorio tomó la semana pasada la decisión de volver a tapiar este acceso. Una decisión aplaudida por los afectados.

Fuentes de la Policía Nacional, por su parte, han confirmado que la llegada de refuerzos a la isla es inminente. Sin embargo, no han aclarado el número de agentes que se desplazará a Ibiza para reforzar la plantilla de este cuerpo. Durante el encuentro con los comerciantes, según ha relatado Joaquín Manuel Senén, la Policía Nacional les ha indicado que el problema «está controlado». No obstante, también han solicitado a comerciantes y residentes que, si vuelven a producirse hechos como los de las últimas semanas, «además de denunciar, pidan órdenes de alejamiento» porque esto «facilitará el trabajo a los policías». Y es que los tres hombres que han causado tal alarma en el puerto y La Marina han agredido y amenazado a varios comerciantes y han ocupado al menos un piso de la zona, del que posteriormente fueron expulsados.