Gabriel, Ismael y Alejandro en Sa Jovería tras recibir el aviso del Ayuntamiento de Ibiza. | Toni Planells

La mañana de este lunes los habitantes de las caravanas del parking de Sa Joveria amanecieron con una nota del Ayuntamiento en las puertas y parabrisas de lo que se ha convertido en sus viviendas.
La misiva municipal advierte a los habitantes de Sa Joveria que el próximo viernes 17 de mayo se precederá a la colocación de gálibos, permitiéndose solo la entrada a turismos. De esta manera, todos los vehículos de más de 2.1 metros de altura «deberán retirarse del estacionamiento antes de la fecha indicada», de no ser así, serán retirados por la grúa municipal.

Reorganización

Tal como explican desde el Ayuntamiento, se trata del siguiente paso de «la reorganización de los aparcamientos con la colocación de gálibos» de la ciudad. De esta manera, tras la colocación de un gálibo en el aparcamiento de Es Pou Sant, en la zona de Can Misses, el aparcamiento de Sa Jovería se convertirá en la segunda fase de esta reorganización de aparcamientos en Vila.

Dos de las caravanas de la zona con los avisos en la puerta

«La mayoría de gente ya estaba trabajando cuando nos han puesto los avisos», asegura Gabriel, uno de los vecinos de la zona desde hace cerca de un año que, tras leer el aviso, reconoce que «no sé dónde voy a llevar la caravana ni cómo me las voy a apañar para moverla, no tengo con qué hacerlo». «La única opción que nos dan es marcharnos a otro lugar, cuando lo que deberían hacer es habilitar una zona para las caravanas», añade Ismael que, como Gabriel viene de Argentina y todavía no cuenta.

«Nos tendremos que marchar a otro lugar», afirma Gabriel, lamentando que «lo que se consigue de esta manera es trasladar el problema a otro lugar, no solucionarlo».

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Alejandro trabaja en Can Misses como TCAE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería) desde hace dos años, tiempo en el que ha estado viviendo en una auto caravana en Sa Joveria, «al lado del trabajo».

El técnico sanitario de Can Misses aseguraba la mañana del lunes que «unas horas antes de marcharme de vacaciones por primera vez en dos años me he encontrado el papelito, así que me he tenido que llevar la furgoneta a otro lugar, aparcarla con todas las cortinas abiertas para que se vea que está estacionada y no hay nadie viviendo allí y cruzar los dedos por que no me multen».

«Todo tiene un límite»

«No interesa coger un trabajo en el que ganas poco más de 1.000 euros al mes mientras pagas 800 por una habitación», explica Alejandro, que entiende que «es normal que que la mitad de la bolsa de trabajo en el hospital esté penalizada por no querer venir a trabajar a Ibiza, es que no compensa».
«Quien sale peor parado de esta situación es el paciente», lamenta el sanitario que añade que «si sigo trabajando en estas condiciones es porque amo mi trabajo, pero claro: todo tiene un límite».

«En otros lugares habilitan espacio para caravanas y salen rentables, yo estaría más que dispuesto a asumir un pago por una plaza y tener ciertas comodidades y tranquilidad a cambio», propone Alejandro, que asegura que «pagar 500 euros por una habitación es una barbaridad, la única opción que encontré en Ibiza fue comprarme una auto caravana».