José Vicente Marí Bosó, portavoz adjunto del PP en la Cámara Baja.

El habitualmente tranquilo José Vicente Marí Bosó (Rafelbuñol, 1970) vive hoy con preocupación y desde su escaño en el Congreso la cada vez más convulsa situación de la política nacional. Portavoz adjunto del Grupo del PP en la Cámara Baja, Marí Bosó, además, no le quita ojo a lo que sucede en Ibiza, pues mantiene su responsabilidad como presidente de los populares en esta isla. A las puertas del primer aniversario de la gran victoria del PP en las elecciones municipales, insulares y autonómicas celebradas en mayo de 2023, afirma que aquella fue producto de la formulación de «un proyecto político serio y dirigido a una amplísima mayoría de los ibicencos».

— A las puertas del primer aniversario de las elecciones del 28 de mayo y como presidente del PP de Ibiza, ¿qué valoración hace de este periodo en los ayuntamientos y el Consell?
— Una valoración positiva. Obtuvimos un gran respaldo de los ibicencos, de los ciudadanos. Y no fue casualidad. El PP de Ibiza viene trabajando desde 2015 en formular un proyecto político serio y dirigido a una amplísima mayoría de los ibicencos. Lo hicimos en 2015, en 2019 recuperamos el Consell y el Ayuntamiento de Sant Antoni y mantuvimos resultados en el Parlament, cuando el PP iba para atrás. Todo esto respaldó nuestro proyecto. Ahora en 2023 dimos un paso más y obtuvimos una mayoría más amplia. Recuperamos Vila y Sant Josep, obtuvimos mayoría absoluta en el Consell… Esto demuestra que somos un grupo de gente en el PP que trabajamos a gusto, que en cada momento hemos decidido todos juntos qué había que hacer, quién y dónde. Hemos hecho, además, transiciones muy bien hechas, si se me permite decirlo con modestia. No era fácil dar la transición en Santa Eulària a Vicent Marí, que llevaba tres mayorías absolutas y lo hicimos con Carmen Ferrer. No era fácil hacer la transición de Toni Marí Carraca, con todo el capital político que tiene, y lo hicimos con Tania Marí. Y en Vila tampoco era fácil. Llevábamos ocho años de gobiernos socialistas y ahí está Rafa Triguero con 15 concejales.

— El de Vila es el caso más destacado porque ha sido una mayoría absolutísima.
— Cierto pero las cosas no pasan porque sí. Pasan porque hay trabajo detrás, porque está la dirección insular detrás, porque estamos todos juntos adoptando decisiones. Yo tengo que agradecer a mis compañeros que todos pensemos en todos y en el conjunto. Si ahora hay que ir aquí, pues vas porque es lo mejor para los ibicencos. Los resultados están ahí. Hoy gobernamos los cinco ayuntamientos y el Consell, aportamos dos diputados más a la mayoría en el Parlament, no necesitamos prácticamente apoyos, aunque gobernamos con el consenso de todos. Buena prueba de esto se ha visto hoy (por el viernes) en el Consell, cuando se ha sacado adelante con un amplísimo consenso la norma de regulación de entrada de vehículos. Por lo tanto, mi balance es positivo. Con humildad he de decir que de aquí en adelante hemos de seguir haciendo transiciones y formulando y ajustando nuestro proyecto político.

— En el Govern la situación es un poco diferente porque Marga Prohens depende de Vox y de Llorenç Córdoba y ambos le han dado ya algún susto. ¿Cómo analiza usted esta situación?
— Es verdad que hay que jugar con la estabilidad día a día a nivel de Govern. Sobre todo porque el PSOE se borró de la estabilidad y decidió irse a una esquina. A veces parece que alguna propuesta de Més es más sensata que las del PSOE. En el Parlament, Més hace un discurso con el que a veces puedes encontrar puntos de encuentro y el PSOE no quiere encontrar nada. Cuando había que dar un paso un paso adelante, si tanto les asusta Vox, no quisieron hacerlo. De todos modos, yo creo que Marga Prohens tiene un sentido muy práctico del gobierno. Sabe qué es lo que busca en cada momento. Tenemos una mayoría amplia, además. Prohens y el PP balear son ejemplo de cómo hacer un pacto y de cómo cuidarlo día a día. Si el respaldo es de Vox, es nuestro partido preferente porque es el que quiere acordar cosas. Si podemos acordar con más gente, mucho mejor.

— Usted es también diputado en el Congreso y portavoz adjunto del PP en una legislatura que lleva muy poco tiempo pero que está siendo muy convulsa. ¿Cómo lo vive a nivel personal?
— Con un poco de angustia porque yo creo que aquí hay un proceso general en el que el PSOE ha querido irse a una esquina, a un extremo. Ha querido pasar de la socialdemocracia al populismo. Y eso genera mucha tensión. Hoy en el Congreso hay una tensión que antes no había. Antes, muchos diputados de izquierdas, derecha y centro, nos tratábamos personalmente pero hoy cuestan las relaciones personales en el Congreso. Pero esto es el germen que introdujo Podemos en 2015, esa lucha permanente y sin cuartel, crear bandos, levantar muros… y el líder de ese discurso hoy es Pedro Sánchez. Esto complica mucho el día a día, como también lo complica tener una presidenta del Congreso que se pasa por el forro las normativas. Cada semana hay un lío en el Congreso por Francina Armengol. Es una presidenta muy de parte. Es la primera presidenta del Congreso a la que no se le aplaude un discurso. La situación es esta y se vive con angustia y desazón. Pero hemos de hacer el trabajo y convencer cada vez a más gente para que una amplia mayoría pueda apoyarnos.

— Hablando de Armengol, ¿usted cree que el caso de las mascarillas es presunta corrupción o solo producto del momento de caos que estábamos viviendo?
— Esas mascarillas se contrataron sin comprobar ni la solvencia ni la capacidad porque eran órdenes de partido. Y Armengol obedeció las órdenes de partido. Se compraron esas mascarillas que no eran las que había que comprar, les engañaron, porque la orden venía de su partido. Se certificó la corrección de la entrega porque venía de su partido. Durante tres años no se reclamó nada porque venía de su partido. Uno se puede equivocar pero luego intenta rectificar y cambiar. Pero aquí se equivocaron, lo sabían, no lo dijeron y lo taparon. Aquí al final faltan 4 millones de euros de dinero de los ciudadanos de Baleares y Francina Armengol aún está por decir qué ha pasado y quién le ordenó contratar. Sabemos que Koldo habló con una consejera de Aragón que rechazó comprar. Habló con Víctor Torres en Canarias. Sabemos que habló con el secretario general de Adif. Pero aquí no sabemos nada. Esto es muy serio. Faltan 4 millones de euros.

— Este domingo hay elecciones en Cataluña. Gane quien gane, la realidad es que Sánchez seguirá necesitando los votos de Junts en el Congreso. ¿Es un escenario endiablado?
— Lo es por varios motivos. En primer lugar, porque todo esto lo dirige un líder que tiene muy poco respaldo. Pedro Sánchez es de los presidentes de Gobierno que menos respaldo ha tenido. Ser presidente con 120 diputados demuestra la mediocridad del personaje y demuestra que necesita pactar con todo el mundo para seguir. Es endiablado que tenga que depender de un condenado por secuestro y pertenencia a banda armada, un condenado por haberse levantado contra el orden constitucional y un fugado de la Justicia. De todos estos depende Sánchez.

— Estamos en un proceso de descomposición absoluta…
— Esta es la situación que tenemos en nuestro país. Pero es por un liderazgo muy mediocre. Alberto Núñez Feijóo gana las elecciones a la primera que se presenta y eso demuestra la diferencia de liderazgo entre uno y a otro. A nosotros nos tienen que preocupar las diferentes derivas que se van produciendo por este escenario. Cuanto más tardemos en recuperar Cataluña para el constitucionalismo, irá peor. Ha ido peor en estos 10 años de procés. No solo desde el punto de vista institucional. También desde el punto de vista económico y del dinamismo social. Se han adormecido conciencias. Hoy Cataluña, a nivel orgánico, ya no es puntera y cuesta mucho reconocerla. Por eso creo que es importante que allí se dé un paso con Alejandro Fernández para consolidar el proyecto político constitucional del PP, un proyecto que recupere el conjunto de voluntades que en su momento Ciudadanos supo aunar en Cataluña.

— Corrupción, manipulación y bulos son los protagonistas estos días en España con un presidente que quiere mantenerse en el poder a toda costa. Pero esta gente tiene que gobernar y aquí en Ibiza, por ejemplo, seguimos esperando a que entre en funcionamiento la depuradora.
— Gobernar no se gobierna. Hoy no hay legislatura. No hay presupuestos aprobados. Los reales decretos que se han aprobado se pierden en el Congreso y están durmiendo el sueño de los justos. Esta legislatura solo sirve para que Pedro Sánchez siga en la silla a cambio de una ley de amnistía, que es lo único que se está tramitando. Por lo tanto, no esperemos que tenga 10 segundos para pensar en los problemas de los ibicencos. No hay nadie pensando. Los problemas de los ibicencos se han agravado en estos cinco años. Los servicios públicos que el Estado presta en Ibiza están hoy mucho peor que hace cinco años. La oficina de la DGT está cerrada. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado tienen dificultades para permanecer aquí. Tenemos problemas de vivienda porque hay una Ley de Vivienda equivocadísima y que agrava aún más la situación. Creo que con Sánchez nos ha ido mal y nos irá peor. La depuradora la aprobamos nosotros en 2015. Fíjese si ha pasado tiempo. Licitamos y empezamos la obra pero luego hubo un parón. De hecho, la obra civil de la depuradora estaba hecha pero las interconexiones que le tocaban a Abaqua y al Govern no. Desde las grandes inversiones del Gobierno de Rajoy no se ha hecho nada más.

— Pero ni siquiera las rematan porque la depuradora podía estar ya. O el Parador del Castillo. El año pasado Sánchez se comprometió a venir a Ibiza a inaugurar el parador con Rafa Ruiz. Este perdió las elecciones y de Sánchez y del parador no sabemos nada.
— Vamos de año en año y el hecho de que Rosana Morillo haya dejado la Secretaría de Estado de Turismo no augura nada bueno porque la que la sustituye, Rosario Sánchez, es más sectarismo. No augura nada bueno ni para el parador ni para nada que tenga a su cargo esta secretaría de Estado.

— En vivienda, tampoco parece que avance el proyecto de ca n'Escandell. El Govern ha tramitado su parte pero en Madrid no hay nada. Ahora, además, el Govern va a intentar recuperar el proyecto de las viviendas protegidas del solar de la antigua comisaría. Visto lo que usted dice, parece que tampoco esto saldrá adelante.
— A ver, el problema de la vivienda no se va a solucionar solo con vivienda protegida. Lo primero es no equivocarse y la Ley de Vivienda se equivoca porque protege más al que incumple que no al que cumple. Y esto hace que muchos propietarios retiren vivienda del mercado inmobiliario. Tenemos un montón de viviendas vacías que no salen al mercado de alquiler y que podrían presionar a la baja. También tenemos el problema de los alquileres turísticos ilegales, que también nos presionan el precio al alza. Ahora empezamos a tener algunos pequeñitos buenos resultados en esa lucha. Exceltur dice que la oferta ilegal ha bajado en Ibiza un 17%. Es un dato pequeño y muy limitado pero está ahí. Además, Booking está colaborando con el Consell. Todo este trabajo hay que hacerlo. Pero lo primero es no equivocarse y la Ley de Vivienda se equivoca al topar el precio de los alquileres porque eso presiona al alza el resto de precios o desplaza al mercado negro una parte del alquiler.

— Pero aquí este tope a los precios no se aplica por decisión del Govern.
— Ya pero es que es algo que es peor, que perjudica.

— Mucha gente al ver lo que dice el índice se echa las manos a la cabeza ante la realidad del alquiler en Ibiza. Si aquí el alquiler turístico está prohibido en edificios plurifamiliares, ¿no podría usarse como una herramienta más?
— El índice es muy visual. En Cataluña se ha usado y sabemos que sus efectos básicos han sido retirada de viviendas del mercado del alquiler, menos contratos de alquiler en las franjas que interesaba y un desplazamiento al mercado en B de la diferencia de precio. Aunque sea muy visual, no ha funcionado en ningún lugar. Lo que tenemos que hacer es presionar en materia del alquiler turístico ilegal y hacer que los propietarios pongan sus pisos en alquiler. Para eso hay que incentivarles. Si, al final, todo son inconvenientes para el propietario, no lo pone en alquiler. Y aquí tenemos un nivel de renta muy alta que permite a los propietarios hacer eso.

— ¿Usted se imaginó que vería en algún momento en Vila los asentamientos de caravanas y chabolas que estamos viendo ahora?
— ¡Ya lo veíamos estos años pasados! Lo de sa Joveria ya pasaba. Aquí ha habido un proceso de ser los octavos en precio a ser los primeros en precio y eso desplaza a un montón de gente a hacer esto. Pero el proceso estaba. Que ahora salgan las fotos porque gobierna el PP… Hay que luchar contra eso pero el problema es ese, que has pasado de octavo a primero. Las políticas equivocadas de vivienda de la izquierda hacen esto. Estas políticas lo que hacen es perjudicar a los vulnerables.