El apoderado de Salinera Española, Joan Ribas, afirmó ayer que «ha ido muy bien y hemos sacado unas 13.000 toneladas más en comparación con el pasado año. Estamos muy contentos».
La falta de precipitaciones, sin duda, está detrás de estos excelentes resultados. «Lo normal es que a comienzos de septiembre comencemos a extraer sal. No ha llovido y los cristalizadores y concentradores han seguido trabajando», destacó Ribas.
El pasado 30 de diciembre, desde Ibiza partió ya un cargamento de sal hacia el Reino Unido para combatir los efectos de las nevadas. Aunque por el momento no tienen más encargos desde aquel país, Ribas recordó que todo dependerá de las cantidades que se almacenen en el lugar y, sobre todo, de la climatología.
Para la salazón del bacalao, el 9 de enero otro gran cargamento partió desde Ibiza hacia las Islas Feroe.
«Ha sido una gran temporada y la sal es muy buena porque ha salido gruesa y es una sal de calidad», concluyó.
Destino
El pasado mes de noviembre, desde Salinera Española explicaron que todos los años una parte importante de la producción -entre 15.000 y 20.000 toneladas- se destina a zonas donde se registran grandes nevadas y se utiliza la sal para deshacer la nieve en las carreteras. Reino Unido o Escocia son algunos de los lugares donde el producto ibicenco es adquirido con este propósito.
Otras zonas como las Feroe, Galicia o Murcia, comprarán sal de Ibiza para destinarla a la industria conservera.
También aseguraron que, como todo, su precio está subiendo. Sin poder precisar un porcentaje exacto sobre el incremento, el director de Salinera Española en Ibiza, José María Fernández, calculó que la sal se puede haber encarecido «entre un 10 y un 20%» en los últimos tiempos.
La falta de mantenimiento en los estanques de las Salinas de Ibiza sigue provocando que esta empresa atraviese un momento complicado. Lo cierto es que llevan años esperando la redacción de un plan por parte del Govern para regular la actividad de la extracción en Baleares. A pesar de la urgencia, el director consideró que toda la parte relativa a los trámites administrativos «es un desastre. Todo sigue atascado y los permisos no llegan». La falta de ese documento impide a Salinera modernizar su planta y adecentar las lagunas de las cuales se extrae la sal de Ibiza.
«Son 500 hectáreas y, días con mucho viento, para nosotros son un desastre porque se deshacen los terraplenes y hay que reparar las motas o separaciones de los estanques. En este aspecto estamos muy mal puesto que la industria sigue sin tener respuestas, continúa abandonada, y nadie dice ni se compromete a nada», lamentó el director.
Desde la empresa afirmaron también que los estanques se están deteriorando «día a día», por lo que es más urgente que nunca una amplia y profunda actuación de mejora.
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