Una intervención quirúrgica. | GRUPO POLICLÍNICA

La cirugía robótica ha venido para revolucionar la metodología de las intervenciones quirúrgicas. Menos complicaciones, un tiempo de recuperación mucho más corto, mayor precisión para el cirujano y una vuelta más rápida a las actividades cotidianas para los pacientes son las principales ventajas que ofrece la cirugía asistida con robot, facilitando y haciendo más sencilla cualquier intervención.

En el caso de la cirugía de pared abdominal, la robótica ha abierto nuevos caminos «permitiendo integrar las ventajas de la disección en la cirugía abierta con los de la cirugía mínimamente invasiva», tal y como señala el doctor Leopoldo Salvatierra, cirujano del Grupo Policlínica. Es decir, se consiguen los mismos resultados que en una cirugía abierta pero con la mínima incisión. Con esta técnica los pacientes reducen su estancia en el hospital, pasando de entre cinco y ocho días, lo habitual en cirugías abiertas, a entre uno y cuatro días, y pudiendo recuperar su actividad cotidiana a las 48 o 72 horas tras recibir el alta, eso sí, con algunas restricciones para esfuerzos grandes o levantar peso.

Precisamente, en Grupo Policlínica se han realizado recientemente una serie de operaciones de pared abdominal, utilizando un abordaje muy innovador asistido con el robot Da Vinci que permitió intervenir a ocho pacientes que padecían una hernia abdominal de pared anterior de manera mínimamente invasiva. «Antes había que abrir el abdomen completamente. En este caso, fueron suficientes unas pequeñas incisiones de 1 a 4 cm, a través de las cuales se pudo hacer grandes resecciones, reparar la hernia y reconstruir la pared abdominal, permitiendo además una estancia más corta en el hospital, con menor dolor y molestias y cicatrices menos visibles», explican desde el Grupo Policlínica.

«La cirugía asistida con robot nos permite trabajar con mucha mayor precisión en espacios muy reducidos, aumentando las posibilidades de la propia intervención», señala Salvatierra. «Además, nos permite reconstruir las capas de la pared abdominal de manera eficaz y colocar mallas más amplias que ayudan a restablecer la función muscular previa a la aparición de la hernia. Y todo esto con mucho mejores condiciones postoperatorias», añade.

Este puntero abordaje, que permite además operar con mayor seguridad a pacientes con obesidad, es la técnica de elección para los cirujanos por delante de la laparoscopia, siempre que el paciente reúna las condiciones necesarias: «Todavía no es lo más usual porque no todos los centros disponen de un robot Da Vinci, pero desde luego que los cirujanos optamos, siempre que la situación lo permite, por este tipo de intervenciones, que mejoran mucho la calidad de vida de los pacientes en el postoperatorio y nos ofrece resultados igualmente o más eficaces», indica el especialista.