Los responsables de la Alianza por el Agua han avisado este martes que el verano en Ibiza y Formentera va a ser complicado por la situación de prealerta por sequía y la falta de precipitaciones. Así lo aseguró la coordinadora Marina Moheno, quien recordó que todavía se utiliza para el consumo hasta un 30% de agua procedente de masas subterráneas y los porcentajes de las reservas hídricas (51%) en cualquier momento pueden disminuir.

«El tema es serio este año. Hemos tenido alertas en 2014, 2015 y 2016 y esperamos no llegar este verano a tanto porque estamos más preparados. Hay que incidir entre la población turística con campañas para informar sobre los recursos naturales que tenemos y que, en el caso del agua, es muy escaso», afirmó.
La Alianza tiene previsto incluso impulsar un portal para que los trabajadores del sector turístico y de servicios puedan adoptar buenas prácticas en la gestión sostenible del agua.

El pacto

Moheno destacó que este martes diez partidos políticos de la isla suscribieron el Pacto por el agua de Ibiza 2023 con acciones para mejorar el ciclo integral de este recurso. «Los partidos creen necesario este documento y se han sumado a él», afirmó.
En concreto, el documento se basa en cuatro ejes como son el abastecimiento, el saneamiento, la reutilización del agua y la restauración ecológica. «Hemos partido del Pacto por el agua de 2019 y hemos revisado los puntos cumplidos y otros que siguen pendientes. Así, hemos actualizado el Pacto para esta próxima legislatura», declaró la responsable de la Alianza.
La coordinadora destacó la importancia de seguir consumiendo agua desalada y evitar el deterioro de los acuíferos. De un total de 16 en la isla de Ibiza, nueve están sobreexplotados, advirtió Moheno.
La Alianza también pidió a los políticos un compromiso para aumentar el número de depósitos de la red en alta, evitando comprometer la demanda de agua en pleno verano. «El año pasado hubo restricciones en la zona de Can Frígoles y en Cala Tarida, puntos con mayores pérdidas en la red», recordó Moheno, quien explicó que estos lugares recibieron agua de menor calidad procedente de los acuíferos.
En el pacto suscrito este martes otro punto importante es el relativo al impulso de planes rectores del alcantarillado en todos los ayuntamientos para definir dónde no existe todavía una red separativa de pluviales y aguas residuales. Con la separación, se lograría la reutilización de estas aguas pluviales y se evitarían colapsos en las depuradoras cuando se registran abundantes lluvias. Moheno alertó que aguas mal depuradas van después a parar al mar, lo cual es también un impacto ambiental negativo.