El ‘blat de xeixa’, uno de los cultivos en peligro por la falta de lluvias. | Daniel Espinosa

La actual escasez de lluvias está causando una gran preocupación a productores de aceite y agricultores de Ibiza y Formentera. Todos coinciden en señalar que las cosechas de este año se van a ver mermadas, principalmente si se habla del blat xeixa o de la aceituna.

El presidente de la Agrupación de defensa vegetal y sanitaria del olivar en Ibiza, Mariano Tur, explicó ayer que muchos asociados podrán salvar sus producciones, siempre que tengan sistemas de riego. «La cosecha no peligra, siempre que el productor pueda regar», advirtió.

En 2022, las altísimas temperaturas que se registraron en las Pitiusas ya afectaron a la producción del aceite de Ibiza, que descendió prácticamente a la mitad en comparación con años anteriores. Por fortuna, la calidad del producto pudo mantenerse.

«Un árbol es como una persona. Cuando tiene sed, debe beber porque sufre. Ahora comienza a abrir la flor y no sabemos qué pasará. Si no podemos regar, mucha se caerá y todo afecta», puntualizó.

Tur explicó además que, si un productor debe regar sus olivos, los costes se incrementan de manera importante, algo que se repercutirá después en el precio final.

También Joan Prats, propietario de la marca AOVE, reconoció que la falta de lluvias provocará problemas a todos los productores de Ibiza, aunque en su caso utiliza sistemas de riego.

«El pasado año ya tuve la producción más baja de todos estos años. Pasé de recoger unas 35 toneladas de aceitunas a 3,7 toneladas. Estas cifras ya lo dicen todo y, en gran parte, todo fue por el calor y la sequía», afirmó.

Prats explicó que en este 2023 podría haber una gran cosecha, siempre que lloviera adecuadamente puesto que los árboles cuentan con mucha flor. «Aunque nosotros regamos con goteo, el árbol agradece mucho el agua de lluvia. Es muy bueno para los olivos», añadió también Prats, quien aseguró que «regar unos 1.200 olivos es una cantidad de agua considerable, por lo que no tengo más remedio que repercutirlo en el precio final».

Según el empresario, en Ibiza la inversión es demasiado grande para recoger después producciones pequeñas en comparación con otras zonas.

Desde Can Rich, sus responsables también lamentaron que la sequía reducirá este año la producción de los olivos, que tendrán aceitunas de menor tamaño. Al mismo tiempo, destacaron que, al contar con un sistema de riego por goteo y con pozos, se podrá salvar parte de la cosecha.

Pero la falta de agua no afecta solamente a los productores de aceite. También agricultores dedicados a cereales como el blat xeixa sufren los efectos de la sequía.

Desde la Cooperativa Agrícola Sant Antoni, Toni Tur lamentó que hace más de 40 días que no ha llovido y la planta se ha quedado corta, con lo que la cosecha mermará un 50%. Incluso este año podrá adelantarse varias semanas la recolección, que podría tener lugar a finales de mayo.

«Si no ha llovido en los meses más habituales y entramos en el verano con esta situación, a finales de la estación podremos tener un problema crítico», advirtió Tur, quien reconoció que la producción del blat xeixa está costando más de lo esperado, puesto que es un cereal menos productivo y además para las palomas torcaces es todo un manjar, lo que supone un problema añadido.

Vicent Costa también lamentó que, para sus cultivos, este año «pinta muy ma» puesto que la espiga será más pequeña y con menos grano. Este agricultor, que siembra esta variedad desde hace una década, recordó que en 2022 al final hubo bastante cosecha, con unos 9.000 kilos de este trigo que tiene después una buena salida.

También Xicu Bufí consideró que «este año se presenta muy malo» si se habla del blat xeixa que comercializa a través de la Cooperativa Agrícola de Santa Eulària. «Los cultivos se están secando y se están muriendo de sed», lamentó.

En su caso, tampoco el 2022 fue un buen año debido a precipitaciones de última hora que provocaron la pérdida de buena parte de la cosecha. Bufí recordó que hace 30 años que cultiva esta variedad, produciendo en 2022 «entre ocho y nueve toneladas». «Según sea la cosa, no valdrá la pena ni cosecharla este año», concluyó.