El Gobierno estatal anunciaba el pasado martes el final de la bonificación de 20 céntimos a los combustibles para este domingo día 1 de enero, lo que ha llevado a que decenas de ibicencos aprovechen las últimas horas de este 31 de diciembre para llenar depósitos e, incluso, llevarse garrafas con combustible para más adelante. Y es que cada céntimo cuenta en el bolsillo del contribuyente con una inflación desbocada y sin visos de frenarse.
Cabe recordar que la medida entró en vigor el pasado 1 de abril. Empresas de Ibiza lamentan que esta ayuda no se mantenga en el tiempo, aunque reiteraron que su gestión debería haberse llevado a cabo de otra manera.
Desde Carburantes Ibiza, Pedro Matutes reconoció que la medida «iba muy bien» debido al elevado precio de la gasolina. Según explicó, desde el sector apostaban por la continuidad de la bonificación, aunque siempre solicitaron que ésta fuera gestionada «de otra manera»y se pudiera, por ejemplo, bajar el IVA, tal como se ha hecho con otros productos.
«Al final, cuanto más caro es el producto, resulta más perjudicial para el sector porque lo que da resultados es vender litros», insistió Matutes, quien no descartó que numerosos clientes intenten repostar antes del día 31 para aprovechar la bonificación. El empresario recordó el rechazo que causó al principio la propuesta del Gobierno puesto que las gasolineras debían adelantar el dinero de las bonificaciones y estar a expensas de las devoluciones del Estado, provocando graves problemas de liquidez a muchas empresas del país.
Matutes explicó que, durante estos meses, en ocasiones el Gobierno ha pagado de manera puntual, mientras que «otros veces llegabas a final de mes y todavía no lo habías cobrado». En Carburantes Ibiza, el gasto diario que les suponía adelantar el dinero de la bonificación podía ascender a entre 15.000 y 20.000 euros, entre 3.000 y 4.000 euros por estación, sobre todo en temporada.
Otro tema que preocupa ahora a los empresarios del sector es la adaptación que rápidamente deberán volver a realizar de sus sistemas de facturación. Tal como les sucedió antes de abril, parece que la historia se repite y dispondrán de pocas horas para adaptarse a los nuevos precios. «Ahora tenemos que volver a adaptarnos a lo que teníamos antes. Más de uno creo que no dormiremos el día 31», lamentó Matutes, quien recordó que este trabajo depende de los proveedores informáticos repartidos por el país, «cuatro o cinco empresas de la Península».
«También hay que pensar en el coste que nos supone cada vez que debemos realizar una adaptación informática», insistió. Por el momento, el sector desconoce a ciencia cierta si las grandes petroleras mantendrán los descuentos adicionales que también estaban ofertando.
Pasado
La decisión del Gobierno de aplicar estas bonificaciones a partir de abril provocó la pasada primavera una enorme preocupación entre empresas del país, principalmente por el tema de los anticipos. Entonces, Matutes criticó que, para hacer los cálculos, el Ejecutivo se había basado en los números del año pasado, cuando había restricciones, menos movilidad y menos ventas. También explicó que había muchas empresas afectadas por temas de liquidez y aseguró que, a pocos días de la entrada en vigor de la medida, todavía se desconocía qué formularios o documentos debían remitir a Hacienda para regularizar las bonificaciones.
«Es un Real Decreto que se publica un miércoles por la tarde y los cambios que contemplaba debían aplicarse en día y medio. Dependemos de programas informáticos que son generales para muchos y la empresa que nos da servicio, con más de 3.500 estaciones, se saturó. Hubo además colas puesto que, desde que se anunció, mucha gente esperó a que comenzaran las bonificaciones para llenar los depósitos y poder beneficiarse. En los dos primeros días hubo bastantes colas en todas las estaciones», explicó el empresario a Periódico de Ibiza y Formentera.
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Acudirán en masa a repostar y provocarán que el precio se incremente hasta el punto de comerse los 20 céntimos de bonificación.
A ver si algún país se anima y los demás le seguimos y hacemos todos la revolución