Pleno celebrado este jueves en Sant Antoni.

Las tensiones y mala relación entre el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, y el exteniente de alcalde Joan Torres se han hecho más evidentes que nunca durante el pleno ordinario celebrado este jueves en Portmany. Fue durante el turno de preguntas cuando Serra se vio obligado a exigir a Torres que no utilizara el término ibicenco «encabritat» para referirse a él cada vez que le preguntaba por un asunto.
Torres solicitó información sobre varios proyectos previstos en el municipio, como la licitación para adjudicar la gestión del centro social de Can Bonet, «una historia que comienza en 2019 y no sé por qué razón cuesta tanto realizar una licitación pública a algunos partidos de este ayuntamiento», aseguró.

«Debería saberlo de primera mano lo que le ha costado sacar licitaciones durante los tres años y medio en los que ha estado como concejal», replicó el alcalde. Serra puntualizó además que, en relación a este proyecto, el pliego de condiciones está a punto de publicarse.
«No es lo mismo gestionar una adjudicación pública que dar las cosas a dedo», espetó Joan Torres.
Los ánimos se fueron caldeando cuando el representante de El Pi preguntó también si continuaba la «broma pesada» de querer pintar el suelo de la zona del West con una obra del artista Okuda. Serra insistió en el «impacto positivo» que este trabajo supondrá para el pueblo y recordó que «en su día tampoco gustó el Huevo y otras muchas obras de arte».

Durante el pleno, Joan Torres continuó interpelando al alcalde con una batería de preguntas sobre el estado de diferentes trabajos previstos en Sant Antoni, por lo que Serra le recordó que «no ha habido tantas cosas diferentes desde que usted no forma parte del equipo de gobierno».
«Entiendo que esté ofendido por no formar parte del equipo de gobierno, pero le pediría un poco de respeto puesto que cada vez que me dice que estoy ‘encabritado' por algo, es una falta de respeto>», insistió Serra, quien acusó a Torres de provocar «algo inusual», como es que un miembro del equipo de gobierno vote en contra de sus propios presupuestos. «Demuestra poco talante», manifestó el alcalde. Torres, por su parte, replicó asegurando que Serra «es maestro de los insultos».

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IBI


El pleno ordinario celebrado ayer aprobó de forma definitiva la modificación de la ordenanza fiscal del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en la que se contempla una rebaja del tipo impositivo para inmuebles urbanos del 0,74 al 0,70, lo que supone una bajada del 5,4% a partir de 2023.
Según informaron desde el Ayuntamiento, esta rebaja se suma a la aplicada en 2022, cuando el gravamen pasó de un 0,78 a un 0,74. Por tanto, el descenso será del 10,25% en dos años.
«Nuestro objetivo es reducir la carga fiscal de los ciudadanos de Sant Antoni, una medida que se puede aplicar sin afectar a los servicios e inversiones municipales», manifestó la concejala de Economía y Hacienda, Eva Prats.

La reducción supondrá el próximo año un ahorro de 592.000 euros para los vecinos del municipio.
En el pleno se aprobó además de forma definitiva la bonificación del 50% del IBI, del Impuesto de Actividades Económicas y del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras para los bienes inmuebles en los que se instalen puntos de recarga para vehículos eléctricos. En el caso del IBI y del IAE se aplicará la bonificación durante los tres años siguientes a la instalación con un límite anual de 600 euros.