Las alcantarillas de varios puntos de la ciudad permanecían ayer abiertas después de la tormenta de este pasado jueves.

«En cuanto caen cuatro gotas, vuelven las inundaciones». La frase es de la presidenta de la Asociación de Vecinos de es Pratet, Carmen Cárcel. Éste es uno de los barrios de la ciudad de Ibiza en los que más preocupación se pasa en cuanto la previsión del tiempo anuncia lluvias. Cárcel fue este viernes contundente a la hora de recordar que «hace más de 30 años que están las cosas así» y, sobre todo, al apuntar hacia los responsables: «Da igual quien gobierne, esto no lo ha arreglado ningún partido».

Las lluvias de este pasado jueves volvieron a producir graves molestias a residentes y comerciantes de la ciudad. En la zona cero de Vila ahora, la avenida de Isidor Macabich, los más afectados fueron los comercios ubicados en el principio de la calle. En uno de estos establecimientos estuvieron «más de dos horas sacando agua llena de porquería y con un olor horrible», relató a Periódico de Ibiza y Formentera una de las empleadas, que declinó identificarse. «Me he quedado traumatizada», añadió, «no sabes lo que es tener que sacar agua llena de excrementos y ver que no acabas». Y es que, a pocos metros de la puerta de entrada de esta empresa, los operarios que llevan a cabo las obras de remodelación habían abierto una alcantarilla, cuya tapa de registro seguía este viernes al lado del hueco, sin colocar correctamente. «Eso era como una fuente», recordó la empleada de esta empresa, «salía de todo y, como han dejado la calle y la acera al mismo nivel, nos entraba en la oficina y no había forma de pararlo».

El hedor inundaba este viernes el centro de la ciudad. El concejal de Ciudadanos José Luis Rodríguez, buscaba pruebas de que el Ayuntamiento gobernado por Rafa Ruiz ni siquiera se había molestado en limpiar los fangos acumulados en aceras y calzadas. Y publicó un vídeo en Twitter haciendo una serie advertencia: «24 horas después de las lluvias sigue la mierda en nuestras aceras. El Ayuntamiento de Ibiza no ha sido capaz de baldear las calles donde ha salido el afluente de las alcantarillas que siguen abiertas. Esto es una situación insostenible que puede degenerar en un grave problema sanitario».

La presidenta de los vecinos de es Pratet, Carmen Cárcel, explicó que, en su barrio, tuvieron «una suerte bárbara». Y es que, «cuando el agua estaba a punto de rebasar el borde de la acera, dejó de llover». Cárcel expresó su preocupación porque «el agua que sale huele mal, no es agua limpia» y recriminó al Ayuntamiento «no haber limpiado las alcantarillas». «Como no se limpian», abundó, «rebosan en cuanto llueve un poco y sale toda la porquería». Y recordó que buena parte del problema está en la no separación entre las canalizaciones de pluviales y fecales. «Si saliera agua limpia, no importaría tanto», concluyó.

El Consistorio presentó el pasado verano el nuevo colector de pluviales que, ubicado entre la avenida Ignasi Wallis y el puerto, debería servir para paliar el problema. Sin embargo, no ha sido así. «No se ha notado nada», lamentó Carmen Cárcel, «y quiero ver lo que pasará cuando llueva de verdad porque lo de este viernes fue solo el inicio. Si hubiera llovido 10 minutos más y fuerte, es Pratet se hubiera vuelto a inundar como siempre». Cárcel, al igual que el portavoz de Cs en el Consistorio, indicó también que no había visto a ningún operario limpiando las calles del barrio después de que estas se llenaran de fangos fecales.

Otro de los puntos críticos de la ciudad cuando llueve es el puerto. Este pasado jueves, como si de una tradición se tratara, la lluvia se mezclaba en el espejo de agua de la dársena ibicenca con los vertidos fecales que salían en gran cantidad por uno de los aliviaderos. El presidente de la Asociación de Comerciantes del Puerto, Joaquín Manuel Senén, mostró su indignación por ello, aunque también señaló que la situación no afectó a ningún comercio porque «el 95% ya está cerrado hasta la próxima temporada». Sin embargo, Senén dejó claro que «es necesario hacer algo ya». En su opinión, y aunque sin restar responsabilidad al Consistorio, debería ser este el que «denuncie ante la Fiscalía de Medio Ambiente lo que está pasando porque no se puede seguir así».

En la Marina también observaban este viernes con preocupación los aguaceros. Carolina Boned, miembro de la junta directiva de la asociación de comerciantes del barrio, explicó que «es desesperante ver cómo te va entrando el agua en la tienda». Boned, no obstante, reconoció que su tienda no se vio afectada por las lluvias del jueves. Sin embargo, sí recordó que en otras ocasiones ha sufrido inundaciones graves. «Antes era peor», añadió, «porque los aliviaderos del puerto estaban cerrados. Ahora, al menos, el agua no llega tan adentro». En su opinión, el problema está sobre todo «en la falta de limpieza de los imbornales». Algo que la asociación ha trasladado al Consistorio en varias ocasiones. «Hace un par de meses le pedimos al Ayuntamiento que los limpiara porque nos daba miedo lo que pudiera pasar», concluyó, «lo hicieron y no ha habido un problema grave. Pero no puede ser que tengamos que estar recordándoselo cada dos por tres».