El registro será obligatorio para todos los canes del municipio y hasta el 31 de enero estará subvencionado al 50%. | Daniel Espinosa

Santa Eulària ha presentado este martes un nuevo sistema de censo de ADN canino que será obligatorio en todo el municipio para los propietarios de perros. Con esta nueva normativa, el Ayuntamiento pretende luchar contra los excremento no recogidos de la vía pública, un problema cada vez más común, pero también servirá para facilitar la devolución de perros perdidos a sus dueños, identificar a los propietarios de camadas abandonadas o reconocer ataques de perros a otros animales.

«Con esta herramienta podremos multar a quienes no cumplan con su obligación de mantener en buenas condiciones y respetar los derechos de los animales, pero también a quienes deciden que la suciedad de su perro no es cosa suya sin importarles los demás. El objetivo no es sancionador, nuestra intención es que lleguemos a un punto en que no se ponga ni una multa porque no sea necesario», explicó Carmen Ferrer, alcaldesa del municipio, en rueda de prensa junto a Mónica Madrid, concejala de Medio Ambiente; Enric Perigüell, responsable de la empresa ADN Canino S.L, y Javier Gómez, técnico de Medio Ambiente. El contrato de gestión ha sido adjudicado por un plazo de cuatro años con un coste total para ese periodo de algo menos de 139.000 euros, IVA incluido, a la empresa ADN Canino S.L. Esta empresa será la responsable de que todos los perros del municipio estén registrados y de determinar el perfil genético de las muestras recogidas.

Son más de 3.000 canes los que a partir de este martes, además del chip tradicional, deberán estar censados en el registro de ADN. Para impulsar esta iniciativa, el Ayuntamiento de Santa Eulària ofrecerá una bonificación del 50% hasta el 31 de enero y para todos aquellos propietarios de más de un perro, será gratuito el censo del segundo perro. Asimismo, tal y como recordó Ferrer, los propietarios deberán llevar agua con vinagre para limpiar las deposiciones de orina en vía pública. «Nuestro gasto en limpieza de estas deposiciones ronda los 200.000 euros al año», especificó la alcaldesa. Igualmente, se revoca la prohibición de llevar a los perros a las playas en invierno (en temporada turística se mantiene), si bien se deben respetar las mismas normas que para su estancia en espacios públicos: el animal debe ir con correa en todo momento, debe llevar bozal en caso de que se trate de un perro considerado potencialmente peligroso y se deben retirar las deposiciones.


Más facilidades

El inicio de la nueva normativa en el municipio ha sido posible gracias a los resultados obtenidos en otras comunidades autónomas, como Málaga o Valencia, y al gran avance tecnológico de los últimos años, ya que para realizar estas pruebas únicamente se necesitará la saliva del animal. «Llevamos siete años con este proyecto. Antes necesitábamos muestras de sangre y ahora, conservando la saliva del animal a temperatura ambiente, no es necesario», señaló Perigüell, responsable de la empresa canina. «Es una gran ventaja a la hora de que la gente, al ver que no se le pincha al perro, se sume a la iniciativa», finalizó.

Asimismo, la recogida de muestras de excrementos al inicio era mucho más complicada, teniéndose que llevar a analizar a un laboratorio. Actualmente, es posible analizar el ADN de las deposiciones de las calles in situ. «Con un poco de trabajo podremos realizar un mapa de excrementos y saber dónde están los barrios más conflictivos. Asimismo, las muestras no identificadas, es decir, de perros no registrados, podremos saber si pertenecen a uno o más perros y crear una 'fotorobot' del perro con sus características», finalizó.