Este estudio permite analizar en profundidad la seguridad de estos ejemplares con pruebas de oscilación, resistencia y detección de daños internos que determinarán si existen deficiencias estructurales y si es necesario llevar a cabo alguna intervención por riesgo de caída.
La concejala de Medio Ambiente, Neus Mateu, ha explicado que con este estudio «aportamos un plus de seguridad a nuestras palmeras, que por motivos meteorológicos o afección de plagas pueden perder resistencia o estabilidad». «Son trabajos de prevención para adelantarnos a algún posible accidente y para decidir sobre la conservación de los ejemplares o su eliminación por razones de seguridad», ha detallado Mateu, que ha destacado la importancia de este análisis «para detectar aquellos riesgos que no se perciben visualmente y que permitirá incrementar la seguridad de los ciudadanos».
La valoración, realizada por una empresa especializada, consta de un examen visual detallado con limpieza de las zonas con sintomatología de defecto de cada uno de los ejemplares, así como un análisis auditivo a través de una maza de madera o goma para detectar la presencia de cavidades internas. Los técnicos también realizan un análisis con resistógrafo para valorar la cantidad de madera residual que la estípite de la palmera tiene un punto determinado, un test de oscilación para determinar si existen puntos de concentración de oscilación diferentes en el cuello de la estípete y una valoración de la pérdida de capacidad mecánica detectada con el resistógrafo, el tomógrafo o visualmente.
El año pasado, el Ayuntamiento de Sant Antoni procedió a la tala de cinco palmeras, que presentaban riesgo de caída, tras detectar deficiencias estructurales en una inspección realizada a través del servicio municipal de limpieza y jardinería.
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