Hoy les voy a hablar de una pintora alemana, Magda Malerin Langenstrass-Uhlig (Zillbach 1888- Wehrda, 1965), que diez años antes de su muerte, en 1955 tuvo un paso por Mallorca e Ibiza para pintar numerosas acuarelas, sobre todo en Port de Sóller y Vila.
Ajetreada historia
Magda descubrió pronto su interés y talento por la pintura, cuando asistía a una escuela secundaria para niñas en Bad Berka, cerca de Weimar, de 1895 a 1903, y durante el año que pasó en un internado para niñas en Erfurt.
Tanto es así que tras dar clase de dibujo, después de que sus padres se mudaran a Weimar en 1904, fue admitida en la Escuela Principesca de Dibujo Libre de esta ciudad siendo algo inusual para una mujer en ese momento, y finalmente se graduó en pintura tras estudiar de 1907 a 1911 con Sascha Schneider, Fritz Mackensen y Hans Olde.
En 1912 se fue a Jena como pintora independiente y se casó con el médico Karl Langenstraß dos años después mudándose a Ilsenburg. Durante la Primera Guerra Mundial, le acompañó cuando él fue oficial médico en varios hospitales militares, creando dibujos y pinturas de la vida cotidiana de soldados heridos.
Tras el conflicto se movió en círculos de la vanguardia artística en Berlín, contactando con Herwarth Walden, reorientándose hacia el expresionismo y la pintura no figurativa y exponiendo sus obras en 1919 junto con Kurt Schwitters en Berlín. En 1920 se mudó con su esposo a Egloffstein donde nacieron sus dos hijas pero rápidamente se separó y decidió seguir sus estudios en la Bauhaus de Weimar y Dessau de 1924 a 1926 y años después, en 1934, se instaló Rehbrücke donde se dedicó a la pintura abstracta siendo miembro de la Asociación Internacional de Expresionistas, Futuristas, Cubistas y Constructivistas.
La llegada del nacionalsocialismo provocó que no pudiera mostrar públicamente su trabajo al considerarse degenerado y provocando un parón en su faceta creativa hasta que en 1951, con los primeros años de la República Democrática de Alemania (RDA), decidió reconstruir la teoría del color de la Bauhaus.
Finalmente, en los últimos años de su vida, se mudó ala Alemania Occidental, donde vivió en Frankfurt am Main y Marburg, falleciendo el 2 de octubre de 1965 en Wehrda, a los 77 años.
«Artista olvidada»
Su trabajo estuvo relativamente olvidado hasta que medio siglo después de su muerte se inauguró la exposición Artistas femeninas de la era moderna - Magda Langenstraß-Uhlig y su tiempo que se pudo ver en el museo de la ciudad alemana de Postdam del 24 de octubre de 2015 al 31 de enero de 2016.
Su relación en España se remonta al tiempo en el que vivió en la localidad de Hesse entre 1955 y 1965, ya que durante el primer año viajó por el sur del país y Mallorca e Ibiza.
De su paso por nuestras islas ha quedado una serie de obras donde demostró que su fuerte era la figuración en forma de acuarelas con estilo propio y en las que marcaba muy bien las líneas y no dejaba que el colorido se disolviera. Obras de una gran belleza y que suponen una mirada distinta de paisaje de Baleares.
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