El presidente de la Asociación Empresarial de Automoción y Maquinaria de Ibiza y Formentera, José Antonio Colomar, reconoció ayer las limitaciones actuales que están sufriendo en sus stocks los concesionarios de coches y motos de las Pitiusas. Una insólita situación provocada por la conocida como ‘crisis de los microchips', según recordó Colomar.
«Es cierto que, poco a poco, la situación se va regularizando. Los propios fabricantes nos comentaron que durante el primer semestre del año todavía tendríamos problemas y que en la segunda parte de este 2022 todo se iría solventando. De hecho, lo empezamos a notar, aunque es un problema de falta de stock que venimos arrastrando desde hace meses y nos está costando superarlo. Hay determinadas marcas o modelos que cuesta mucho que lleguen. Aquellos vehículos que recibimos, de inmediato están adjudicados», relató el presidente de la asociación.
Las esperas a la hora de recibir un nuevo turismo dependerán mucho de los modelos y de las firmas, aunque pueden oscilar entre los tres meses – en el mejor de los casos- hasta los nueve meses o incluso el año.
Dadas las circunstancias, los fabricantes tampoco pueden ofrecer los mismos descuentos y también el mercado de segunda mano registra precios más elevados de la cuenta. «Los de segunda mano han subido entre un 10 y un 15%», destacó Colomar.
Las empresas de rent a car, ya en plena campaña turística, también han resultado perjudicadas por esta falta de vehículos, según señaló el presidente: «Los fabricantes, en cuanto han tenido problemas para suministrar coches y motos, han reducido de manera importante las partidas reservadas a estas empresas, eliminando gran parte de los descuentos con los que solían trabajar».
En un concesionario como Grupauto Pitiusas, Pablo Pavón reconoció ayer las dificultades actuales que sufren para reponer sus stocks puesto que «las franquicias están respondiendo con mucha lentitud». «Está costando una barbaridad conseguir coches y, los que podemos recibir, tardan meses y meses y su coste ha subido muchísimo, hasta 2.000 euros por vehículo», lamentó Pavón.
El empresario explicó también que el problema no es exclusivo de los concesionarios pitiusos, sino que es una situación común en todo el país. Aquellas empresas más previsoras, que pudieron hacer en su día acopio de coches y motos, pueden superar más fácilmente este delicado momento que, en el caso de la empresa de Pavón, se agudizó en enero.
Alberto Alegría Marí, jefe de ventas en Pitiusas Cars, aseguró que en su empresa pueden sentirse como unos auténticos privilegiados al poder disponer de cierto stock: «Junto a alguna otra marca, estamos en una situación mejor en comparación con otras firmas. Cuando el cliente viene a comprar un coche que necesita, podemos responder con el stock en Ibiza y conseguir otras versiones, otros colores, que no tenemos aquí, pero que pueden recibirse en un plazo de 15 o 20 días. Igual no hay tantos modelos de colores o acabados y la situación es peor de lo habitual, pero no es tan mala como la que sufren otras firmas».
En cuanto a los precios, desde la empresa destacaron que se ha producido una subida, también porque los gobiernos han incrementado los impuestos relacionados con las emisiones de C02 y las marcas han debido invertir mucho dinero en nuevos motores o coches eléctricos.
Ana Ferrer, desde Terrenauto, explicó que el stock que va llegando, «llega prácticamente vendido, con más demanda que producto para ofrecer, tanto en vehículo nuevo como en mercado de segunda mano». Según la empresaria, ningún concesionario se hubiera imaginado nunca esta situación, sobre todo después del inicio de la pandemia cuando las empresas tuvieron «mucho producto, pero ninguna demanda, y ahora todo se ha invertido».
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