«Fueron dos puñetazos de autodefensa. Yo había tratado de mediar en una discusión porque había uno fumando marihuana en una habitación (...) Yo respondí a sus golpes. Ocurrió todo muy rápido. Él estaba consciente, recostado sobre una maleta y como no había picaporte en la puerta salté por el balcón…» Son palabras de Mitchell Andrew Loveridge, el joven de 25 años que desde ayer se enfrenta a un tribunal popular en la Audiencia Provincial por el crimen de la Plaça s'Era d'en Manyà de Sant Antoni. La Fiscalía solicita para el joven británico una pena de 18 años de prisión por un delito de asesinato. Asimismo, le reclama que indemnice a la familia de la víctima, Harry J.K., de 21 años, con 306.264 euros: sendas indemnizaciones de 87.507 para los progenitores, tres indemnizaciones de 25.000 euros para tres hermanos del joven y tres más de 18.750 euros para otros hermanos del fallecido.
Mediar en una disputa
Tras la configuración del jurado, la vista arrancó con el testimonio del acusado. Mitchell contestó a las preguntas de todas las partes para sostener que se defendió de una agresión y que no tenía intención de acabar con la vida de su amigo. Apuntó que aquella noche había bebido entre 8 y 10 vodkas y que todo se desencadenó cuando otros dos compañeros se enzarzaron porque uno estaba fumando en la habitación y el otro le había escupido en la cama. «Yo fui a separarlos», indicó. Mitchell le propinó dos puñetazos en la cara. «No había sangre y él estaba consciente cuando me fui», señaló el acusado, quien negó que se enseñase con la víctima.
Según las acusaciones, el joven agredido empezó a convulsionar y a temblar en el suelo, cuando el presunto asesino continuó dándole golpes y puñetazos hasta causarle la muerte, algo que el acusado negó ayer ante el tribunal.
Asimismo, el joven rechazó que una de las chicas que presenció los hechos le pidiera a gritos que parara de golpear a la víctima en el suelo. Se prevé que esta testigo, también de origen británico, de su versión de los hechos por videoconferencia en una de las próximas sesiones.
El procesado, a preguntas de la fiscal, relató que salió corriendo del apartamento tras saltar por el balcón y que, minutos después, fue detenido en la calle por la Policía Local de Sant Antoni, que fue alertada de lo sucedido por unos testigos. Los agentes le interceptaron deambulando por la rotonda del Monumento al Descubrimiento de América. Mitchell solo llevaba puesto un pantalón corto negro y las zapatillas.
Los hechos se remontan al 18 de julio de 2018, poco antes de las 08.00 horas, cuando el procesado, que trabajaba de temporada en un local de Ibiza, estaba en un apartamento de Sant Antoni con otros amigos.
El abogado de Mitchell sostuvo ayer que su representado no se ensañó con la víctima y que los informes forenses así lo reflejarán. Por su parte, la representante fiscal advirtió que el acusado tiene condenas previas por lesiones graves (2017) y por delitos contra la propiedad en 2014. Hoy, segunda sesión por este crimen.
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