Este domingo a partir de las 18,30 horas el Parque Reina Sofía de la ciudad de Ibiza vivirá un evento único hasta el momento en la historia de la isla.

Por primera vez todos los grupos corales que trabajan en Ibiza se han unido bajo el nombre de Cant per la pau para subirse juntos al escenario e interpretar la pieza Dona Nobis Pacem del conocido compositor austriaco Wolfang Amadeus Mozart para pedir la paz en Ucrania.

Según explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera, el director del Cor Ciutat d'Eivissa, Miguel San Miguel, la iniciativa ha partido de Ana Solana y Leticia Unzain. «Es una idea preciosa porque la música es un lenguaje universal que genera esperanzas pero en este caso además tiene un mérito enorme porque son dos personas que no tienen excesiva relación con las corales de Ibiza y juntas, en apenas unos días, han conseguido que todos nos unamos por algo tan bonito como es pedir la paz imitando de alguna manera lo que ya se ha hecho en otros lugares de Europa como Alemania, Italia, Francia o Madrid y Barcelona».

Más de 400 cantantes
Aunque es difícil de contabilizar exactamente cuanta gente participará sobre el escenario el domingo, las previsiones son de unas 400. En este caso, San Miguel será el encargado de intentar a dirigir a todos sobre el escenario del Parque Reina Sofía.

Según ha asegurado a este periódico la intención es establecer tres grupos entre cantantes de coros y público «para dar el tono fa mayor y cantar la melodía cuatro veces seguidas».

Algo que se hará «una primera vez todos juntos al unísono, una segunda y tercera vez, en canon empezando el grupo 1, añadiéndose escalonadamente el 2 y después el 3». En este caso, está previsto que cada grupo «cante dos veces la melodía entera en canon acabando escalonadamente, primero el 1, después el 2 y finalmente el 3». Por último el pequeño concierto concluirá con todos los grupos cantando de de nuevo la melodía al unísono, igual que la primera vez.

Según Miguel San Miguel, la composición Dona Nobis Pacem no puede estar mejor elegida. «Más allá de que es la traducción latina de Danos la paz, se trata de una pieza que destaca por su sencillez para ser interpretada, por su capacidad de adaptación y su armonía, con el tiempo se ha convertido en un pequeño himno a lo largo de los tiempos cada vez que se quiere pedir la paz en el mundo».