Can Timoteo, un oasis de cultura y tranquilidad perdido en la montaña
La vivienda fue construida en 1970 por la pareja de artistas Lisa y Robert Cairns en una zona montañosa conocida como Can Sabina del municipio de Santa Eularia
El actual propitario el pintor Tim Cairns, junto a una escultura de su madre Lisa situada en la la entrada de la vivienda.
La isla de Ibiza no para de sorprender tanto a visitantes como a residentes que llevan muchos años viviendo en la isla. Cuando menos te lo esperas, en mitad del monte, en un lugar remoto al que solo se puede llegar colocando la dirección en el Google Maps y rezando para no quedarte atrapado entre caminos de tierra, aparece una casa sencilla pero también espectacular enclavada en un lugar privilegiado.
Este es el caso de la vivienda Can Timoteo en la que reside el pintor estadounidense Tim Cairns y que a finales de los años sesenta del pasado siglo mandaron construir su padre Robert y su madre Lisa en la zona conocida como Can Sabina en el municipio de Santa Eulària. Se trata de la segunda casa que diseñó en Ibiza el conocido y prestigioso arquitecto canadiense Rolph Blakstad y es una joya que destaca por sus delicadas líneas, la luminosidad de todas sus estancias y su color blanco perfectamente integrado en el entorno del monte.
Según explicó el propio Tim Cairns a Periódico de Ibiza y Formentera la casa terminó de construirse en 1970 aunque empezó tres años antes cuando su madre, Lisa Cairns, encontró unos terrenos de los que rápidamente se enamoró. «Ella era de origen alemán y desde el primer momento quedó encantada con la isla, teniendo siempre claro que en algún momento de su vida iba a vivir en Ibiza y por eso durante bastante tiempo no paró de recorrerla en su pequeña Mobylette hasta que dio con este espacio en el que por aquel entonces únicamente había una casita vieja en la parte de abajo y que no tenía más de 5.000 metros cuadrados que era lo que por entonces permitía la legislación del gobierno del dictador Francisco Franco».
Además, esta vivienda se puede considerar el resultado de una bonita preciosa historia de amor que había comenzado muchos antes cuando Robert y Lisa se conocieron en la isla durante los años cincuenta sin saber que la vida los acabaría juntando para siempre. «Realmente se puede decir que se conocieron en Estados Unidos, se casaron, me tuvieron a mi y cuando yo tenía un año decidieron construir la casa, aunque antes de asentarnos definitivamente estuvimos viviendo en Inglaterra, donde mi madre estudio escultura desde 1968, o en Pensilvania, en Estados Unidos, donde mi padre tenía por aquel entonces un trabajo de escritor».
Desde los años 80
Tras estar yendo y viniendo a Ibiza un par de veces cada año finalmente decidieron asentarse a principios de los ochenta.
Aquí ella instaló su taller, con un gran horno, en el que creaba sus piezas y con las que empezó a ser muy conocida en toda la isla, en Europa y en Estados Unidos. «Ella trabajaba en lo que ahora es mi propio estudio de pintura, en una vivienda que hay en la parte baja, y aunque aquí fue realmente feliz creo sinceramente que si hubiera trabajado en Londres o Nueva York hubiera tenido una repercusión mucho mayor que la que tuvo en vida a pesar de haber realizado exposiciones en Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Francia y España».
De hecho, la vivienda y los jardines colindantes son casi como un museo dedicado a su figura. Son muchas las piezas que se pueden encontrar por todos lados, elaboradas en distintos materiales aunque predomina fundamentalmente la cerámica y el bronce. La mayoría son abstractas, donde la escultora alemana ha jugado con la simetría y las formas, pero también las hay de gran realismo como una serie de bustos dedicadas a amigos y a su propio marido, el fotógrafo y escritor Robert Cairns.
De entre todo, llama especialmente la atención una pequeña galería que hay en el segundo piso junto al dormitorio. En ella, con una gran luminosidad se pueden apreciar una veintena de sus creaciones muy diversas. «Todo empezó en cerámica, desde el barro, pero luego ella también trabajó otros materiales y esto que se puede ver es una selección de algunas de las obras que formaron parte de sus últimas exposiciones y que sirven de alguna manera para mantener vivo su enorme legado».
Un legado que bien podría estar en un museo por la importancia de todo el material. Tiempo al tiempo. De momento, Can Timoteo sigue siendo un precioso lugar por descubrir.
El apunte
Una familia de artistas
Los Cairns son el ejemplo de una familia muy vinculada al arte. Robert Cairns fue escritor y fotógrafo estadounidense, llegándose a hacer en 2017 una exposición en Ca n’Anneta de Sant Carles con imágenes que tomó durante su estancia en Ibiza durante los años 60 y 70 del pasado siglo.
Mientras, Lisa Cairns fue alemana y tuvo una amplia trayectoria en el mundo de la escultura con numerosas exposiciones a nivel internacional, nacional y local. Una carrera de éxito que solo vivió un momento malo cuando en Nueva York, una galerista desapareció con 19 de sus obras sin que se volviera a saber nada.
Por último, Tim Cairns, nacido en Estados Unidos y criado y educado entre Inglaterra, Ibiza y Estados Unidos, vivió durante un cuarto de siglo en Francia. A lo largo de su trayectoria ha realizado numerosas muestras por toda España, Europa y Norteamérica en las que se pueden ver pinturas donde predominan técnicas como el óleo, la acuarela, la aguatinta o la técnica mixta. En abril realizará una exposición en la Sala Sant Jaume de Santa Eulària.
1 comentario
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Que maravilla,todo